Oscura Tentación [ALPHA #1]

⚜ CAPÍTULO VEINTIOCHO ⚜

"Soy muy vulnerable ante tu ser"

Lucia Viera Pacelli

 
28. Castigo

 

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CALUM

Abro los ojos y mi cabeza palpita, siento los latidos del corazón hasta en mis oídos y la boca la tengo seca. No puedo ver nada por la oscuridad pero, deduzco que estoy en mi habitación.

¿Qué sucedió anoche?

No recuerdo mucho, solo que estaba triste, molesto, bebí y no recuerdo más.

Me siento en la cama y me froto la sien. El dolor de cabeza me va a matar. Enciendo la luz de la pequeña lámpara sobre la mesita de noche y me duele la vista. La apago de inmediato.

Abren la puerta y encienden las luces cegadoras de la habitación. Me cubro con la sabanas de pies a cabeza cual vampiro queriendo permanecer en las tinieblas.

—¡Ah! ¡Apagalas! —me quejo.

Escucho las quejas de Lu y las apaga enseguida, se sienta a mi lado y enciende la pequeña lámpara.

—¡Eres un cabezotas! —me remueve y me destapo la cara.

Tomo asiento y me recuesto del espaldar.

—No quiero regaños, Lu. Déjale eso a Anne Marie.

—Calum. —dice seria. —Lo que hiciste esta vez fue muy grave.

La miro a la expectativa esperando a que me dé detalles porque yo no recuerdo absolutamente nada por mucho que intento hacer memoria.

—¿Grave en qué sentido?

—¡Te expusiste! ¡Bebiste como loco, te drogaron, casi te abusan! —su voz está teñida por el terror.

Abro los ojos ampliamente y me ahogo con la saliva. La cabeza me retumba.

—¿Qué dices, Lu?

—Lo que escuchas. —suspira rascándose el cuello —Helio fue por ti porque Vyden le envió un mensaje. Sino fuera por Helio no la cuentas.

Ruedo los ojos y trato de traer algún recuerdo a mí pero, nada. Es como si me hubiesen borrado la memoria, no logro recopilar información alguna.

—¿Desde cuándo Helio y tú hablan? —le reprocho.

—Desde que te tenemos de amigo en común. —dice de mala gana.

—Yo no soy amigo de Helio. —le aclaro haciendo una mueca de disgusto.

—Bueno, seas lo que seas. El punto no es ese.

—¡Ya entendí! La cagué otra vez, lo sé. Soy experto en hacer las cosas mal. —resoplo soportando la horrible jaqueca que quiere hacerme estallar la cabeza.

Me da una mirada recriminatoria y se cruza de brazos.

—Calum, no quiero ser la mala del cuento. No te estoy juzgando, soy tu amiga, y quiero que confíes en mí. —me mira como cachorrito nostálgico. —¿Por qué haces esto?