⚜CAPÍTULO DOS⚜

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2. La cena de bienvenida


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CALUM

Toqué la puerta de Anne Marie incesantemente hasta que por fin me abrió y pasé desbocado. Mi corazón martillando mi pecho sin cesar.

—Hey, ¿qué te sucede? —el desconcierto en su voz más que notable.

Hasta yo estoy desconcertado.

¿Quién diablos era ese chico?

No pude ver su rostro, solo su... trasero. De solo recordarlo me da una vergüenza infinita. Y él estaba tan natural, como si estar desnudo frente a alguien que no conoce, no le importara en lo absoluto.

Y sabía quién soy. ¿Era un Goulding?

—Calum... —presiona mi hermana esperando una respuesta con sus brazos cruzados sobre su pecho. Ella está en una toalla...

Va a matarme. La ducha siempre ha sido como un ritual para ella. Algo que no se interrumpe.

Ni loco voy a decirle que un chico desnudo estaba en mi habitación, eso sonaría raro y me tomaría por loco. Se supone que cada persona aquí tiene su habitación.

¿Era un empleado?

—¿Hay algún empleado joven en la mansión?

Su rostro se contrae en duda y niega con la cabeza.

—No que yo sepa. Solo hay dos empleados masculinos en la mansión, y ninguno es joven. —me informa. —¿A qué diablos viene esa pregunta?

Ay, no. Debí solo decirle que no encontraba mi habitación. Me complico la vida con cada cosa.

—Olvídalo. No encuentro mi habitación. No tenía ningún papel pegado a la puerta como dijo Fabricio.

Eso pareció creíble (aunque técnicamente, no estaba mintiendo) y Anne Marie tensó la mandíbula. Tomó su teléfono de una mesita de noche y marcó un número de mala gana.

—Fabricio. Calum tiene problemas para encontrar su habitación... Dice que no había ningún papel con su nombre... —ella espera y luego habla nuevamente. —Ok. Te lo agradezco.

Colgó hecha una fiera y cuando me miro su expresión se suavizó.

—Fabricio ya viene. ¿Podrías por favor esperarlo en el pasillo?

Yo asentí y le agradecí. Salí al pasillo y miré hacia la puerta de la habitación donde hace unos minutos vi a ese chico.

Fabricio llegó al pasillo casi que sacándose los dientes y se disculpó cuando me vio.

—Venga conmigo, Joven Calum. No sé qué sucedió. Estoy seguro de haber señalizado su habitación con su nombre en un papel.

Lo seguí y llegamos juntos a esa habitación donde había tenido ese embarazoso encuentro. Dónde no había ningún nombre, por cierto.

Él giró el pomo plateado y yo quise decirle que había un chico ahí, pero no me atreví. Fabricio entró de lleno en la habitación y no lo seguí enseguida.

—Pase, Joven Calum. —me invitó unos segundos después.

Entré dudoso y vi que no había nadie. Solo mi equipaje sobre la cama perfectamente tendida.

—Es esta. Y discúlpeme, no sé qué sucedió. Estoy completamente seguro que había...

—Tranquilo, Fabricio. —le di una sonrisa ladina de compresión y él también sonrió. —Ah, y llámame Calum, solo Calum. No me gustan las formalidades.

Oscura Tentación [ALPHA #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora