⚜ CAPÍTULO TREINTA Y UNO ⚜

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"Seguiremos jugando con fuego hasta que un infierno arda más que el nuestro.

Y nos duela"
 
DÍAZAGUI

  
  
31. El secreto nos une, el secreto nos matará


⚜️

CALUM   


 

Despierto con una molestia infernal en el culo. Recordando lo que pasó anoche en ese cobertizo. No puedo creer que follé con Hermes; soy conciente de lo malo que es eso pero, si digo que me siento como una mala persona, mentiría. Me gustó, y no me arrepiento de nada.

Me doy una ducha rápida, me envuelvo una toalla en las caderas y cuando salgo, Lucrecia está sentada en mi cama.

—Buenos días. —la saludo secando mi cabello con otra toalla.

—Hasta que despiertas... —me dice y abre la boca formando una "O" cuando me repara.

—¿Qué? —frunzo las cejas y cuando no dice nada voy hasta el espejo.

Mierda, mierda, triple mierda.

Tengo chupetones rojos repartidos por el cuello, el pecho y abdomen.

—Esas no son picaduras. —se cruza de brazos. —¿Follaste con Aifred?

Vuelve a abrir la boca exageradamente con cara de tonta y espera mi respuesta. ¿Qué se supone que le diga? Evidentemente, no le diré lo que pasó en realidad.

—No, solo... nos besamos. —le sonrío y hace una cara de "¿en serio?". —Sí, solo eso.

—No te creo. —reprocha. —¡Deja de ocultarme cosas! —me tira una almohada.

—¡Lu! ¡Que no follé con Aifred!

Me tapo la boca cuando soy consciente de que he gritado eso lo suficientemente fuerte como para que se oiga en Hong Kong.

—Cuando hay "solo besos" —hace las comillas con los dedos. —no se deja semejante obra de arte.

Ruedo los ojos y camino al armario.

—Vístete y baja, todos están reunidos en el salón principal. —camina hacia la puerta.

—¿Reunidos por qué?

—Están celebrando el cumpleaños y la despedida de la señorita Sabrina.

—No sé si baje, estoy muy cansado.

—¡Calum! —cruza los brazos sobre su pecho y me da una mirada de reproche. —Ella ha sido muy amable contigo.

—No lo discuto pero, en verdad estoy cansado.

Mentira.

No quiero lidiar con la mirada inquisitiva de Hermes frente un gentío después de lo que sucedió anoche. Tampoco quiero arder de los celos cada que Sabrina y Helio se besuqueen o se tomen de la mano. Y no me place ver a Anne Marie, me harta su mera presencia.

—Bueno, si te animas, estaremos abajo. No hay muchas personas de todas formas.

Se va y largo un suspiro pesado.

Oscura Tentación [ALPHA #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora