Oscura Tentación [ALPHA #1]

⚜CAPÍTULO UNO⚜

Hay acciones que dicen más que mil palabras, otras, son un verdadero acertijo.

—D. Darko.

1. Calurosa bienvenida

–
⚜️

CALUM

El Aston Martin DB12 de Anne Marie se detuvo justo en frente de una gran reja metálica de color negro.

Ella apretó un botón ubicado justo detrás del volante y automáticamente las rejas se abrieron de par en par. El auto avanzó y en mi campo de visión, apareció la gran edificación...

La mansión Goulding

Su aspecto era imponente y pulcro. Paredes exageradamente blancas y columnas romanas talladas a la perfección. Ventanales oscuros en la parte superior donde yacen tres pequeños balcones. —supongo que cada uno pertenece a una habitación— También tiene un jardín con muchos árboles, rosales y otras plantas con flores de muchos colores muy bonitas. Mesas de jardín esparcidas por doquier, cada una con una gran sombrilla blanca.

El auto rodeó una gran fuente —que no detallé al principio —, ubicada justo frente a la puerta principal y exactamente en medio del jardín. Me bajé del auto siguiendo a Anne Marie en seguida. De la nada, un hombre de unos treinta y tantos llegó a nosotros.

—Señorita Preston. —asintió con sus manos juntas sobre su regazo, a manera de... ¿reverencia? —Joven Calum. —también me saludó y yo solo le dediqué una sonrisa de boca cerrada. No tengo ni idea de quién es.

Ella le dio una sonrisa casi fugaz y le entregó las llaves del auto. Él las tomó rápidamente y rodeo el auto para subirse.

Antes de que el hombre se fuera en el auto —quién sabe a dónde —, ella me dijo:

—Él es Fabricio, nuestro amo de llaves. A veces es chófer también, y estará a tu orden cuando quieras. —ella me sonrió simpáticamente y yo solo asentí.

No termino de procesar que ya estoy en este lugar, al cual claramente no pertenezco. Sí siempre voy a tener que actuar con formalidades, no sé si pueda sobrevivir acá una semana si quiera.

Él le hizo una reverencia como si ella fuera de la realeza. Y ni hablar de Anne Marie; su voz ha cambiado, y su manera de expresarse también.

—¿Listo para entrar? —me pregunta ella sacándome de mis pensamientos.

—Eh... Sí. Pero...

—¿Qué sucede, Calum? —hunde las cejas y me mira expectante.

—Mi equipaje, no lo saqué del auto.

¿Cómo pude olvidarlo?

Ella suelta una risita y luego habla:

—Ay, Calum. Tienes que acostúmbrate a tantas cosas... Fabricio se encargará de llevártelo a tu habitación, no te preocupes de nada.

Oh... Claro, tienen sirviente.

¿Qué esperabas, Calum? Así es la vida de los ricos. Me dice mi subconsciente.

—¿Vamos? —extiende una mano hacia mí y la tomo para seguirla.

Anne Marie no es de mis personas favoritas, pero ni loco pienso andar perdido en esta gran mansión con esta gente que probablemente me miren de arriba a abajo con asco y desdén.

Una puerta de madera sólida y bien barnizada nos esperaba al otro lado de unas escaleras resplandecientes. Creo que es mármol.

Al llegar frente a la puerta, mi hermana tocó lo que supuse es un timbre.