Oscura Tentación [ALPHA #1]

⚜CAPÍTULO OCHO⚜

CONTENIDO +18 (SEXO DESCRITO)

8. Pensamientos inusuales

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⚜️

HERMES

No puedo creer que acorralé  a Calum y lo acosé de esa manera hace un momento.

¿Qué estaba pensando?

No estabas pensando

Es cierto, solo estaba actuando por impulso. Por esos inoportunos impulsos que nacieron justo el día de la llegada de ese chico.

¿Qué me hace querer tenerlo cerca?

¿Por qué cada vez más siento que necesito estar a solas con él?

¿Qué estás haciendo, Hermes? Este no eres tú. Sabes que es incorrecto pensar y sentir esto.

Pero, no lo siento así.

Suspiro y subo la escaleras rendido. Necesito darme una ducha y dormir; tal vez eso me ayude un poco, aunque lo dudo. Últimamente estoy muy sensible. Todo me afecta en gran manera y yo simplemente no logro entenderlo.

Llego al final de las escaleras y antes de comenzar a recorrer el pasillo de las habitaciones, mi teléfono resuena en el silencio del lugar, haciendo eco en mi cabeza.

—Hermes Goulding.

—Hijo, ¿cómo va todo?

Es papá.

Enseguida viene a mí la empresa, y toda la problemática que está aconteciendo. Pero evidentemente, no voy a decirle nada; eso sería más contraproducente aún.

—Bien, todo muy bien, papá.

—¿Seguro? No te escucho muy convencido.

—Sí, seguro. Es... solo que acabo de llegar de la oficina y estoy exhausto. Es todo.

—¿La situación ha empeorado?

Casi pude ver su cara de preocupación al otro lado de la línea.

—No. Todo bajo control. Sabes que soy muy responsable, papá. No debes preocuparte por nada.

—Ok. Creo en ti, hijo.

No me gustó mentirle a mi padre. Nunca lo había hecho con tanta naturalidad, de hecho, soy malísimo haciéndolo pero, él ya tenía suficiente con estar lejos lidiando con muchas cosas, no podía cargarlo de más líos. Además, yo me encargaría de resolver los problemas de la empresa antes de su llegada.

O eso es lo que espero hacer.

—Solo te llamaba para decirte que en una semana, estaremos en la casa vacacional de San Marco de Los Altos. Podríamos vernos allí, es un buen plan para este verano.

—Seguro. Arreglaré todo en la empresa para dejarla lista en mi ausencia. En una semana nos vemos, padre.

—Perfecto, hijo. Sabía que podía confiar en ti. Hablamos luego; tu madre te manda muchos besos, y a tus hermanos.

—Adiós, papá.

Cuelgo el teléfono y cierro los ojos suspirando. No sé qué voy a hacer, todo se me está juntando y temo que la situación se me salga de las manos.

Entro a mi habitación y Anne Marie me recibe con una cálida sonrisa. Está recostada en la cama con su espalda reposando en el respaldar. Enseguida deja su teléfono sobre la mesita de noche, rodea la cama y se acerca a mí.