⚜ CAPÍTULO VEINTIUNO ⚜

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21. Lujuria en el bowling

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HELIO

Salgo del comedor a la cocina luego de que Calum me hiciera tener una erección en pleno desayuno, con mi familia en la mesa. A decir verdad, no me disgustó pero, la culpa viene a mí cuando reparo en  Sabrina.

Ella no se merece esto. —es lo que me he dicho todo este tiempo desde que el rubio y yo nos besamos en la casa de Bradtown a las afueras de Liberty.

Pero eso no me detiene a seguir fantaseando con Calum, que se ha metido poco a poco en mi cabeza como un virus a un computador; como un pensamiento intrusivo que invade mi mente y me domina como a una marioneta, moviendo los hilos a su antojo sin siquiera saberlo.

Suspiro y agradezco que la cocina esté vacía. Tomo un vaso de agua con la intención de enfriarme pero, no es un método infalible, por lo que veo. Sigo duro como piedra. Acomodo la erección en mi pantalón de una manera que casi no se nota (sigue notándose) y salgo de la cocina.

Cuando entro a la sala papá me mira y se levanta de inmediato del sofá.

—Tardaste mucho, ¿no?

—¿Qué es lo que quieres mostrarme? —pregunto rápido simulando ver la foto familiar que cuelga en una pared.

—Sígueme.

Se dirige a la puerta principal y lo sigo, no sin antes lanzarle un beso en el aire a madre, el cual recibe con una mano como si lo atrapara y me sonríe.

—¿Por qué tanto misterio? —lo sigo hasta que se detiene en medio del patio.

—¿Dónde quedó el Helio paciente? No te afanes, hijo.

Asiento y le permito hablar a su tiempo.

—¿Cómo va todo en casa? ¿Alguna novedad?

Sé a lo que se refiere. Quiere saber sobre Khäsber Black y la deuda.

—Tengo todo bajo control. —le digo neutral.

—¿Es así o le mientes a tu padre? —indaga mis ojos e intento mantenerme frío.

—Jamás te mentiría, padre.

Asiente pero la duda sigue reflejada en sus expresiones, sigue preguntando:

—¿La deuda está paga?

—No, aún no. —forma una fina línea en sus labios  y alza las cejas. —Pero, lo tengo todo planeado. Cuando volvamos, me encargaré de pagar la deuda. —digo con seguridad.

—Estamos hablando de nuestra familia, hijo. ¿No quieres poner en peligro a tus hermanos o a tus padres, verdad?

Niego y lo miro fijamente, esperando no encontrar decepción en sus ojos.

—Jamás los pondría en peligro, padre. Confía en mí, tengo todo bajo control.

Asiente lentamente y me sonríe.

Oscura Tentación [ALPHA #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora