Lia suspiró aliviada cuando, al fin, estuvo sola, intentando liberar un poco la tensión que acumulaba en su cuerpo por todo lo que acababa de ocurrir. Ese hombre era desconcertante, creyó que iba a desfallecer si continuaba mirándola de esa forma tan intensa. Estaba totalmente perdida por él, ya no tenía la menor duda, cómo también sabía quién acabaría mal en toda esta historia. ¿Qué había sucedido hace unos segundos? ¿Será que él estaba sintiendo lo mismo? Su cabeza le daba vueltas, no podía pensar con claridad sabiendo que él seguía allí para derrumbar cada uno de sus muros.
Mientras, en la sala, David le mostró a su amigo el cuadro en el que había estado trabajando parte de la mañana. El cantante quedó sorprendido con el dominio que tenía el niño, con solo nueve años, sobre la pintura. Pudo recordar el sitio que estaba dibujando y sentir que estaba allí de nuevo, bajo los árboles dorados por el otoño en el parque Kok-Tobe.
—¿Tú pintaste todo esto? —preguntó asombrado, intentando disimular la tensión que lo dominaba por la escena de hacía unos segundos atrás.
—Sí, me gusta mucho pintar —respondió David.
—Creía que solo te gustaba la fotografía, pero esto está increíble.
—Me gustan las dos cosas.
—Eres realmente bueno. ¿No te gustaría estudiar pintura?
—No sé, en la escuela tenemos clases de artes plásticas.
—Sí, lo sé, pero hay escuelas especializadas en eso donde puedes aprender mucho.
—Me gusta mucho pintar, tendría que preguntarle a mamá.
—Creo que a ella le gustaría la idea de que fueras un pintor famoso.
—¿Podré ser un pintor famoso? —Los ojos de David se iluminaron como luceros.
—Escucha con atención, cuando deseamos algo con todas nuestras fuerzas y luchamos por alcanzarlo, a veces ese deseo se vuelve realidad. Tú podrás ser lo que quieras, nunca lo olvides, ¿de acuerdo? —le dijo Damir mientras se agachaba para estar a su altura.
—¿Eso fue lo que te pasó a ti? —preguntó David con entusiasmo.
—Digamos que sí, yo tenía solo cinco años cuando dije que quería ser cantante. Mis dibujos solían ser micrófonos y notas musicales desde pequeño. Mi familia me apoyó en todo desde siempre. Lo que hoy soy se lo debo a ellos y a mi esfuerzo por hacer realidad mi sueño.
—Es muy lindo todo eso que dices. Ojalá y algún día me pase lo mismo —diciendo esto, David se sentó nuevamente frente al caballete—. Voy a terminar esta pintura para regalártela.
—¿De verdad? Prometo colgarla en una pared de mi cuarto.
—Así, cuando sea un pintor famoso, puedes decir que yo te la regalé.
—Suena perfecto.
Damir sentía verdadera adoración por los niños y David había logrado, en muy poco tiempo, ganarse su cariño con ese carisma inigualable que poseía. Siempre que podía, iba a las escuelas a conversar y actuar junto a ellos, les contaba su historia y les hacía ver que todo es posible mientras persigas tus sueños.
—¿Qué habrá dicho mi David para que estés tan animado? —preguntó Lia al entrar a la sala con un verdadero banquete en sus manos—. Espero que no sea ninguna travesura.
—Mamá, Damir dice que si estudio artes plásticas puedo ser un pintor famoso.
—¿Damir dijo todo eso? —Lia estaba encantada con la escena que acababa de presenciar.
—Sí, dice que puedo ser lo que yo quiera.
—Claro, mi amor, siempre y cuando lo desees con todo tu corazoncito y luches por alcanzarlo. Yo voy a estar siempre para apoyarte. —Era evidente que ella había escuchado todo desde la cocina.
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Amor como un sueño
RomanceLia es una madre soltera con los pies sobre la tierra. Su hijo David es su pequeño tesoro y su razón de vivir. El destino cruza su camino con Damir, un cantante de fama internacional a quien siempre ha admirado. Se ve arrastrada en un hermoso sueño...