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El sol apenas comenzaba a despuntar cuando Cami se despertó. Al voltear, encontró a Rodri todavía dormido, con una expresión de paz en su rostro. Decidió dejarlo descansar un poco más y se levantó en silencio para preparar el desayuno. Minutos después, Rodri entró en la cocina, rascándose la cabeza y bostezando.

—Buen día, linda—dijo, acercándose a besarla en la mejilla.

—Buen día, dormilón. ¿Dormiste bien? —respondió Cami con una sonrisa.

Pasaron la mañana cocinando juntos, riendo y disfrutando de su tiempo compartido. La conexión entre ellos se hacía cada vez más fuerte con cada momento. Después de comer, decidieron pasar la tarde viendo películas y descansando.

Casi al anochecer, ambos recibieron un mensaje de Iván en sus teléfonos.

Iván: "¿Qué onda? ¿Les pinta ir a la Bresh esta noche? Va a estar buenísimo."

Cami miró a Rodri, que le devolvió la mirada con una sonrisa.

—¿Vamos? —preguntó Rodri, levantando una ceja.

—Obvio, suena genial —respondió Cami, emocionada.

Pasaron un rato eligiendo qué ponerse. Cami optó por un vestido morado con brillos que le llegaba más arriba de la rodilla, medias de malla y botas negras. Rodri, por su parte, eligió una camisa blanca con un buzo morado por encima, pantalón de jean, una gorra blanca y unos zapatos negros con cordones morados.

—¿Qué te parece? —preguntó Cami, haciendo una pequeña vuelta para mostrar su atuendo.

—Estás preciosa, como siempre —dijo Rodri, admirándola—. ¿Y yo?

—Perfecto, combinamos —dijo ella con una sonrisa—. Te ves demasiado bien—dijo Cami sonriendo con sinceridad para luego acercarse a el y darle un corto beso en los labios.

Al llegar a la discoteca, se encontraron con Iván, Lit Killah, Sara y Tuli. La música vibraba en el aire y las luces de colores iluminaban el lugar, creando una atmósfera electrizante. Saludaron a todos y comenzaron a disfrutar de la noche, bailando y riendo.

A mitad de la noche, mientras Cami estaba tomando un descanso en la barra, vio a una chica acercarse a Rodri. La desconocida comenzó a coquetear con él, tocándole el brazo y riéndose de manera exagerada. Cami frunció el ceño, pero decidió actuar con calma. Se acercó a Rodri y, sin decir nada, le dio un beso algo largo en los labios y lo saludó con una sonrisa.

—¡Hola, amor! —dijo, mirando a la chica con una expresión inocente pero firme.

La chica miró a Cami con enojo antes de alejarse, visiblemente molesta. Rodri solo sonrió con burla ante la situación.

—¿Celosa? —le susurró en el oído, divertido.

—Tal vez un poco —respondió Cami, riendo—. No me gusta como te tocaba el brazo.

—No tenés por qué preocuparte, flaca. Solo tengo ojos para vos —dijo Rodri, abrazándola por la cintura.

Continuaron disfrutando de la noche con sus amigos, bailando y cantando al ritmo de la música. Iván y Lit Killah no tardaron en darse cuenta de la escena y comenzaron a hacer chistes, provocando risas entre todos.

—Che, ¿viste la cara de esa mina? Se quería morir —dijo Iván, riendo.

—Sí, y Rodri como siempre, tan galán —añadió Lit Killah, dándole una palmada en la espalda.

—Dejen de joder, la concha de su madre —respondió Rodri, sonriendo—. Prefiero estar acá con mi chica.

Sara y Tuli se unieron a la conversación, haciendo comentarios divertidos y apoyando a Cami.

—Sos una reina, Cami. La mandaste a volar sin decir una palabra —dijo Tuli, riendo.

—Así se hace, flaca. Que se note quién manda —añadió Sara, guiñándole un ojo.

La noche siguió con más risas y bailes, y todos disfrutaron de la compañía mutua. Cuando finalmente decidieron que era hora de irse, Cami y Rodri se despidieron de sus amigos y tomaron un taxi de vuelta a casa.

—Fue una gran noche, ¿no? —dijo Cami, recostándose en el asiento del taxi.

—Sí, lo fue. Y mejor aún porque la pasé con vos —respondió Rodri, tomando su mano.

Al llegar a casa, estaban cansados pero felices. Se cambiaron y se acomodaron en la cama, listos para dormir.

—Te amo, Rodri —susurró Cami, cerrando los ojos.

—Yo también te amo, Cami —respondió él, abrazándola.

Con la promesa de más días y noches especiales juntos, se quedaron dormidos, seguros de que su amor solo seguiría creciendo.

THAT GIRL [Rodrigo Carrera]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora