THAT GIRL [Rodrigo Carrera]

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El año que pasó estuvo lleno de altibajos, pero principalmente de momentos felices para Cami y Rodri. Después de que hicieran pública su relación, la vida para ambos cambió en muchos aspectos. Tuvieron que adaptarse a la atención constante de los fans y los medios, pero lo manejaron con gracia y humor.

Cami siguió creciendo en su carrera como streamer, alcanzando hitos importantes y construyendo una comunidad aún más sólida. Rodri, por su parte, también prosperó en su carrera, apoyando a Cami en todo momento. Juntos, participaron en numerosos eventos y colaboraciones que no solo solidificaron su relación, sino que también los acercaron más a sus seguidores.

Hace unos meses, Cami convenció a Rodri de mudarse con ella a una nueva casa que había logrado comprar. La casa era mucho más amplia y cómoda, perfecta para la nueva etapa de su vida juntos. El proceso de mudanza fue emocionante, y adaptarse a vivir juntos les permitió conocerse aún más profundamente.

La luz de la mañana se filtraba suavemente a través de las cortinas del cuarto que ahora compartían. Cami dormía plácidamente, con una expresión de paz en su rostro, mientras Rodri ya estaba despierto, acariciando suavemente su cabello. A los pies de la cama, Barry, el gato de Rodri, y Oreo, el perro de Cami, también descansaban tranquilos junto a sus dueños.

Rodri miraba a Cami con una mezcla de amor y gratitud. Era difícil creer que ya había pasado un año desde que comenzaron a salir. Había preparado muchas cosas para celebrar este día especial y estaba ansioso por comenzar.

Cami se movió ligeramente y abrió los ojos, encontrándose con la mirada tierna de Rodri.

—Buen día, amor —dijo ella, sonriendo.

—Buen día, flaca. Feliz aniversario —respondió Rodri, inclinándose para besarla suavemente en los labios.

—¿Un año ya, eh? Parece que fue ayer cuando todo empezó —comentó Cami, estirándose.

—Sí, el tiempo pasa volando cuando estás con la persona correcta —dijo Rodri, acariciando su mejilla.

Se levantaron con calma, disfrutando de la tranquilidad de la mañana. Después de ambos estar ambos completamente despiertos, Rodri le pidió a Cami que se vistiera porque tenía una sorpresa preparada. Ella, curiosa y emocionada, obedeció.

Rodri, con algo de dificultad, logró preparar un desayuno que incluyó tostadas con mermelada, frutas frescas, café y jugo de naranja. Decidieron comer en la mesa que había en el jardín, disfrutando del aire fresco de la mañana y de la compañía mutua.

—¿Esto lo preparaste vos solo? —preguntó Cami, sorprendida y agradecida.

—Sí, con un poco de ayuda de Barry y Oreo —bromeó Rodri, señalando a las mascotas que estaban cerca, esperando cualquier oportunidad para recibir algo de comida.

—¡Está delicioso! —exclamó Cami, tomando un sorbo de su café.

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Después de disfrutar del desayuno en el jardín, Cami y Rodri decidieron pasar la mañana juntos en casa. Rodri había preparado una lista de películas y series que querían ver desde hace tiempo. Se acomodaron en el sofá, con Cami acurrucada bajo el brazo de Rodri y Barry en su regazo, mientras Oreo se estiraba a sus pies.

—¿Qué querés ver primero? —preguntó Rodri, revisando la lista en su teléfono.

—Mmm, empecemos con esa serie de la que tanto hablaste, la de los detectives —sugirió Cami.

—¡Buena elección! —exclamó Rodri, poniendo el primer episodio.

Mientras veían la serie, intercambiaban comentarios y se reían juntos. Rodri notó que Cami se quedaba pensativa durante las escenas más intensas.

—¿En qué pensás, amor? —le preguntó, acariciando su cabello.

—Nada, solo que me encanta estar así con vos, tranquilo, disfrutando de estos momentos simples —respondió ella, sonriendo.

—A mí me encantas vos—dijo Rodri, besándola en la frente.

Al mediodía, decidieron pedir comida a domicilio. Optaron por sushi, uno de sus favoritos. Se sentaron en la mesa del comedor, disfrutando de la comida y charlando sobre sus planes futuros.

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—Estuve pensando en hacer un viaje el próximo mes. Podríamos tomarnos unos días para relajarnos —sugirió Cami.

—Me parece una excelente idea. ¿Algún lugar en mente? —preguntó Rodri.

—No sé, quizás alguna playa. Necesitamos un poco de sol y mar —dijo Cami, sonriendo.

—Entonces busquemos un buen destino y hagámoslo —acordó Rodri.

Después de comer, continuaron con su maratón de series. Barry y Oreo se turnaban para recibir caricias y atenciones de ambos, creando un ambiente aún más acogedor.

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Pasaron parte del día en casa viendo series y películas mientras compartían con sus mascotas. Acurrucados en el sofá, se reían y comentaban sobre las tramas, disfrutando de la sencillez de estar juntos.

Más en la tarde, decidieron arreglarse y salir a caminar por el barrio. Cami eligió un vestido casual y cómodo, mientras que Rodri optó por unos jeans y una camiseta. Caminaban de la mano, charlando sobre todo y nada en particular, disfrutando del momento.

—Mirá ese perro, es igual a Oreo cuando era cachorrito —dijo Cami, señalando un perro que paseaba por la vereda.

—Sí, pero este parece más tranquilo que nuestro terremoto —respondió Rodri riendo.

Al anochecer, Rodri tenía una última sorpresa preparada. Había reservado una mesa en un restaurante acogedor y romántico. Cami se cambió a un vestido elegante y Rodri se puso una camisa y un pantalón de vestir. Al llegar al restaurante, fueron recibidos con una cálida bienvenida y guiados a su mesa.

La cena fue perfecta. Rodri y Cami disfrutaron de cada plato mientras charlaban y reían. Aprovecharon para tomarse fotos, una de ellas sosteniendo las copas de vino y otra dándose un pequeño beso.

—Te ves hermosa esta noche —dijo Rodri, mirando a Cami con adoración.

—Y vos siempre tan guapo —respondió ella, sonriendo.

Después de la cena, regresaron a casa y se acomodaron en el sofá, aún con las emociones del día. Rodri puso una película romántica y Cami se acurrucó a su lado. Barry y Oreo se unieron a ellos, completando la escena perfecta de una noche tranquila en casa.

—Gracias por hacer de este día algo tan especial —dijo Cami, mirando a Rodri con cariño.

—El agradecido soy yo, por tenerte a mi lado —respondió Rodri, besándola suavemente.

Terminaron la noche acurrucados en el sofá, con Barry y Oreo a sus pies, sabiendo que tenían un futuro brillante y lleno de amor por delante. Cada momento juntos era una promesa de lo que estaba por venir, y estaban más que listos para enfrentar todo lo que el futuro les deparara, siempre juntos.