42: Tú eres mi mundo

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Draco miró la nota de nuevo con cara de ¿Qué dice ahí? Y la tía abuela le miró con algo de desasosiego…

-¿No hablas ruso?

-Solo francés y alemán…

-¡Pues yo tampoco, pero para eso tengo un hechizo infalible! – Sacó su varita de su empuñadura de su bastón y lo tocó - ¡Tradúcete!

De inmediato la hoja se iluminó y las palabras cambiaron para que pudieran leer la nota que Ike dejara, a los pocos segundos, los dos leían el mensaje y se miraban extrañados

“Tengo que resolver un asunto muy importante con ella, no quiero defraudarlos más. Ike”

-¿Qué significa esto?

-Significa que va a hacer lo correcto, también es hora que tu muevas ese lindo trasero y te vayas a buscar a Hermione

-Pero no se donde…

-¡Pretextos! – Bufó - ¡Cobarde que eres! ¡La verdad es que creo que no la hacías feliz en la cama o no se hubiera ido tan fácilmente! ¿Qué crees que una mujer no merece estar bien servida en esos menesteres?

-¡Abuela! Yo estoy seguro que Hermione por eso no tiene queja

-¡Perfecto! Entonces ve a buscarla… se fue a Zaire

-¿A Zaire? ¿Cómo lo sabes?

-Draco, yo no soy tan lenta como vosotros ¡Anda, mueve ese cuerpecito y te largas a buscar a mi sobrina nieta!

-Pero Brenda…

-Esa niña y yo tenemos una conversación pendiente, ha estado con mucha tristeza y le escuchado que se la pasa llorando… si muy altiva por fuera, pero por dentro es una mujer frágil

-Seguro se enamoró de Potter, le dije que no se acostara con él

-¡Vaya por Merlín! ¿Es que acaso creen que soy cupido? ¡Draco, largo, vete ya!

El rubio suspiró y se fue a hacer una pequeña maleta, no sabía donde exactamente estaría, pero seguramente daría con ella, por lo menos sabía que estaba en el continente africano…

Ike había investigado que Luna vivía cerca del pueblo localizado en Ottery St Catchpole al sur de Inglaterra, por lo que buscó su casa, no tuvo problema en reconocerla, era extraña, se acercó y notó a un señor de mediana edad, con unos papeles en la mano, dudando de algo

-Buenas tardes – saludó Ike, pasaba del medio día

-¿Eh? ¡Oh! Buenas tardes… jovencito…

-¿Aquí vive Luna Lovegood?

-S-si… soy su padre… Xenophilius Lovegood… jovencito…

-Me llamo Ike señor, soy amigo de Luna, me urge verla, tengo que hablar con ella de algo muy importante

-Bueno, yo… no se, ella esta en su habitación, ha estado enferma, no quiero salir porque se queda sola y…

-Si quiere yo la cuido, lo que tengo que hablar con ella es largo

Xeno miró por unos segundos al muchacho, los ojos amables y melancólicos de Ike le dieron confianza y se marchó a la ciudad, mientras que el entraba tímidamente a la casa, la cual estaba todavía mas estrafalaria por dentro

-¿Luna? – Habló un poco fuerte, pero ella no respondió

Entonces subió por las escalerillas buscando la habitación, hasta que de pronto dio con ella, tocó con recelo, pero de nuevo no hubo respuesta, abrió la puerta con delicadeza y observó que en la cama, había un bulto, reconoció el pelo rubio y largo, suspiró… Luna estaba tan absorta en sus pensamientos que no lo escuchó.

¡Rétame... y después... ámame!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora