12: Pasión por el chocolate... blanco

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Hermione estaba quemándose en su fuego cuando regresó después de la cena, necesitaba dejar de pensar en Draco Malfoy de ese modo tan insano, quería huir de ahí, pero si lo hacía, el señorito Malfoy le diría cobarde de nuevo. Se cambió  de  vestido y se puso su pijama, mientras volvía a sus apuntes…

-Chocolate – leyó – Pociones que usan el chocolate…

Y luego tuvo una visión… Draco saliendo de una cascada de chocolate, escurriéndole por su cabeza, por su rostro, por su tórax, abdomen, mirándola con esos ojos intensos, y luego se imaginaba lamer el chocolate de su cuerpo y…

-¡Maldito, te odio! – Gruñó rasqueteando la pluma escribiendo a toda velocidad, hasta que aventó la pluma leyendo lo que había puesto:

“La creencia popular comúnmente identifica el chocolate como un afrodisíaco. Las propiedades afrodisíacas del chocolate están más frecuentemente asociadas con el simple y sensual placer de su consumo. Aunque no hay prueba de que el chocolate es un afrodisíaco”

-Necesito salir y dejar de tener estas fantasías - Masculló, se volvió a cambiar y salió del hotel, amanecía a esas horas…

Caminó por varias calles, hasta que abrió un viejo cafetín y ella tomó un café bien cargado, intranquila, pensando en que debía alejarse de Malfoy lo antes posible de el o algo iba a pasar o se arrepentiría

-¡Granger! – de pronto escuchó un grito y se volvió, era Aurora con su esposo

-¡Hey! ¿A dónde tan temprano?

-Dejamos a los niños encargados con mi madre, nos vamos a una convención a Suiza ¿Quieres ir? La hermana de Rob no pudo ir y tenemos reservadas las habitaciones…

-¿Zurich o Ginebra?

-¡Zurich! Anda Hermione, ven con nosotros… regresas en dos días – Animó Aurora y ella sonrió ¿Es que la tendrían viajando?

-Si voy – dijo de pronto y subió en el auto de su amiga - ¿Cómo viajamos?

-En esta preciosidad Hermy, este auto vuela, así que nos iremos a la de ya… ¿Lista?

-No, pero vámonos – Dijo, de cierto modo necesitaba escapar

Al mismo tiempo, una visita le llegaba a Draco en la suite

-¡Jenna!

-Hola cariño – sonrió la chica – Me dijeron que estabas por aquí y di contigo

-¿Qué haces tan lejos de Londres?

-Lo mismo te pregunto…

-Atendí y liquidé unos negocios, decidí divertirme… Parece que andas de viaje ¿A dónde vas?

-A Suiza… recuerda que mi padre tiene ahí su fábrica de bombas de chocolate, así que le haré una visita antes de irme a Londres ¿Por qué no vas conmigo? Se que no te gusta el chocolate pero te entretendrás y luego regresas

Draco no lo pensó mucho, porque necesitaba alejarse de  Hermione, el también pensaba que había mucha tensión, era urgente que saliera de ahí y que quitara esos deseos insanos para con ella… por lo que se fue con Jenna sin dudarlo, finalmente no era nada romántico, ella también era una conquistadora de primera y Draco no estaba en su lista o viceversa.

-¿Esta es tu pequeña casa? – Preguntó Draco unas horas después al llegar a las afueras de Zurich, había una enorme casa de fachada antigua, en medio de un jardín extenso, suerte que a esas alturas aún las temperaturas no descendían tanto.

¡Rétame... y después... ámame!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora