—Van a vender la casa.
El anuncio de Jungkook bastó para que Naeun y Namjoon detuvieran su pelea de súbito y para que Taehyung se pusiera de pie de inmediato, porque advirtió la palidez mortal de Jungkook y supo que caería desmayado de no sostenerlo con fuerza. Naeun y Namjoon se miraron sin comprender y se acercaron a Jungkook, que se había sentado en el sofá y tenía la vista clavada en el suelo, como si le hubieran avisado que asesinaron a toda su familia.
—Van a vender la casa —repitió y un nudo se instauró en su garganta al entender lo que eso significaba—. Van a vender la casa de mi abuelo.
—¿Cuándo? —le preguntó Naeun, de pie frente a él.
—Mis padres vienen en una semana.
—Taehyung... —dijo Namjoon en voz baja.
Jungkook y Taehyung lo miraron al mismo tiempo, sabiendo a lo que se refería. Luego Jungkook se giró hacia Taehyung, viéndolo con expresión preocupada.
—Tengo un plan —aseguró Taehyung.
Jungkook recordó que todavía no terminaba la limpieza de la casa y Naeun propuso que al día siguiente lo ayudaran. Con ese plan en mente, Namjoon se despidió y les deseó buenas noches a todos, excepto a Naeun, quien lo vio irse hasta que entró a casa y su figura desapareció detrás de la puerta.
—Se le pasará —le dijo Taehyung al notarla afligida.
—Quizá no vuelva a verlo —respondió Naeun.
Taehyung llevó a Naeun al segundo piso y la dirigió a la habitación de Jungkook. Le tendió la cama, le sacudió las almohadas, le cerró las persianas y le dio mantas extras por si la sobrepasaba el frío. Naeun, sentada en la silla junto al escritorio, lo observaba en silencio.
—A veces creo que no eres de este mundo.
—¿Por qué dices eso? —le preguntó Taehyung mientras le tendía la mano para ayudarla a llegar a la cama.
Naeun aceptó su mano y le agradeció con una sonrisa.
—Eres demasiado bueno para ser humano —dijo al posarse sobre el borde del colchón—. Somos afortunados de tenerte. En especial, Jungkook.
Taehyung, de pie, ladeó la cabeza.
—¿Por qué?
Naeun subió los pies a la cama con cuidado y se quejó al intentar estirar el tobillo lastimado. A Taehyung pareció ocurrírsele algo y se puso a buscar entre los cajones del escritorio.
—Jungkook siempre fue un niño... solitario.
Taehyung sacó una caja de pastillas, pidió un momento y fue corriendo por un vaso de agua. Antes de regresar a la habitación, comprobó que Jungkook estaba en el baño, probablemente tomando una larga ducha.
—Ten, es para la inflamación —le dijo a Naeun al volver, y le entregó el vaso y una pastilla.
—Gracias, Taehyung.
Naeun se tomó la pastilla sin más. Al dejar el vaso a la mitad en la mesa de noche, se sorprendió al descubrir a Taehyung sentado a la altura de sus pies, viéndola con curiosidad.
—Cuéntame más de Jungkook.
Naeun rio ante la visión de aquel hombre grande, emocionado como un niño al escuchar un cuento de hadas. Se quedó en silencio un momento para ordenar los recuerdos de los años lejanos de una infancia feliz y limpiarlos de las telarañas del olvido.
—Jungkook era... —sonrió sin querer— un niño pequeñito, delgado y de ojos tristes. Sus estancias en el pueblo eran impredecibles. Podía venir en verano así como en invierno. O podía desaparecer un año entero y regresar por una temporada completa... Yo creo que por eso nunca hizo grandes amistades aquí, a excepción de Namjoon, que era a quien más veía por ser vecinos. Siempre estaba pegado a su abuelo, el señor Yoon. Iba de la mano con él a cualquier lugar y cuando cualquier persona ajena se les acercaba, se escondía detrás de sus piernas.
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ROSAS EN EL JARDÍN ; kth&jjk
FanficDespués de fallar el examen de admisión a la universidad, Jeon Jungkook tiene un solo encargo: Vender la casa de su abuelo. Mientras recorre los rincones que albergan los recuerdos de su infancia, encuentra el pozo de los deseos, una leyenda del pue...