—¿Está todo bien? —preguntó Naeun al ver a Jungkook y Taehyung regresar a casa, después de quedarse quince minutos sentados en el pórtico.
—Todo en orden —respondió Taehyung con una sonrisa tranquilizadora, mientras abrazaba a Jungkook por la cintura.
Jungkook tomó asiento en el sofá, soltó un largo bostezo y se limpió los restos de lágrimas de la esquina de los ojos. Se sorbió la nariz y forzó una sonrisa para apaciguar la evidente preocupación de Naeun.
—Estaba pensando en mi abuelo, pero ya estoy bien.
Naeun, sentada frente al comedor, formó una mueca con la boca. Luego pareció recordar algo, se levantó con cuidado y le entregó a Jungkook una vieja caja de zapatos.
—La encontré mientras limpiaba y no supe dónde ponerla.
Jungkook observó la flácida caja de cartón roída, pintada de animales fantásticos, bichos de colores y otros garabatos indescifrables hechos por Namjoon y él cuando eran niños y la vida no era simple, pero si hermosa.
—¿Qué es? —preguntó Taehyung, de pie, con la espalda apoyada contra la pared.
—Me la dio Namjoon. Dijo que tenía los dibujos de insectos que hacíamos de niños —respondió Jungkook—. Dijo que quizá me ayude a descubrir que quiero en la vida.
—¿La abrirás ahora? —dijo Naeun—. Taehyung, ¿me ayudas a llegar al sofá?
Taehyung asintió con la cabeza, se acercó a ella, la tomó por los hombros y la llevó al sofá, donde tomaron asiento junto a Jungkook.
—Entonces, ¿vas a abrirla? —repitió Naeun y puso el pie vendado sobre la mesa de centro.
—Deberían cambiarte esa venda —señaló Jungkook, ignorando la pregunta anterior.
—Cuando regrese Namjoon. Solo él sabe cómo hacerlo.
—Taehyung también sabe —aseguró Jungkook. Taehyung se enderezó y parpadeó varias veces, confundido—. Él te cambiará el vendaje.
Taehyung se puso de pie al instante y se fue al segundo piso en busca del botiquín de primeros auxilios. Naeun lo vio, estupefacta, y cuando desapareció tras las escaleras, se giró hacia Jungkook.
—¿Estás seguro de que Taehyung no es un robot?
Jungkook rio.
—¿De qué hablas?
—La inteligencia artificial está muy avanzada, no me sorprendería —comentó Naeun. Sin embargo, al ver que Jungkook no la tomaba en serio, agregó—: ¿De verdad no lo has notado?
Jungkook ladeó la cabeza.
—No.
—Ya hasta tienes los mismos gestos que tu novio robot —comentó Naeun, sonriente—. Pero ese no es el tema. ¿No has notado que cada cosa que le pides la cumple de inmediato, sin siquiera pensarlo? Diría que es romántico, pero en realidad es espeluznante.
Jungkook se quedó callado, recordando el suceso de la mañana. Cuando quiso contestar, Taehyung llegó a toda prisa con el botiquín. En silencio, retiró la venda del pie de Naeun, le hizo un par de pruebas que ni Jungkook ni Naeun comprendieron para qué servían, y le colocó una venda nueva. Al final le dio recomendaciones para evitar empeorar la lesión y le aseguró que pronto se recuperaría. Jungkook lo observó, consternado, comprobando que sí, que Taehyung seguía sus órdenes y que, como él mismo una vez le había dicho, tenía el superpoder de realizarlas a la perfección. Se dio cuenta de que Taehyung estaba unido a él por unos hilos invisibles e indestructibles, listo para volverse su marioneta. No supo qué hacer al respecto.
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ROSAS EN EL JARDÍN ; kth&jjk
Fiksi PenggemarDespués de fallar el examen de admisión a la universidad, Jeon Jungkook tiene un solo encargo: Vender la casa de su abuelo. Mientras recorre los rincones que albergan los recuerdos de su infancia, encuentra el pozo de los deseos, una leyenda del pue...