5. Vencido por la espera.

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Cuando Jungkook entró en casa, agotado por el trabajo, y lo primero que vio fue una mesa repleta de exquisiteces junto al rostro alegre de Taehyung, le pareció que tenerlo no era tan malo como creía y que podía abrir su corazón a la idea de ser su amigo. El mandil rosa todavía le resultaría ridículo al igual que alguna de sus conductas excéntricas, pero podía tolerarlo si eso significara deshacerse de la soledad.

Podía haber hecho todo eso, si tan solo Taehyung no hubiera mencionado a su madre.

—Tu madre llamó hace unas horas —había dicho mientras se quitaba el mandil. Pareció tener el impulso de correr a abrazarlo, pero se contuvo.

Jungkook se quedó perplejo.

—¿Mi madre? ¿Cómo? No hay línea en el teléfono.

—Si hay, lo conecté después de que te fuiste.

—¿Qué?

—Mientras limpiaba la sala vi un cable suelto y pensé: "¿A quién pertenece este cable?". Así que intenté conectarlo a cada dispositivo electrónico que vi y, ¡lo encontré! Era del teléfono. Ahora que lo pienso... Era un poco obvio, estaba justo debajo de la mesa del teléfono. Pero, ya sabes, ese dicho: "A veces las cosas obvias, pueden no serlo".

—Ese no es un dicho.

Taehyung se encogió de hombros.

—En fin, tu madre llamó y me regañó por no contestar sus llamadas. Le dije que no tenía teléfono y me dijo que no le respondiera. Así que me callé un rato mientras me gritaba la decepción que era. Luego me preguntó cómo iba la limpieza, y como me quedé en silencio, me regañó por no responder. Le conté del jardín, del ático, de la cocina. Después me contó sobre sus amigas, el casero y otras cosas que ya olvidé. Charlamos del mercado, blah, blah, blah, de sus peleas con una tal señora Oh, blah, blah, blah. Me dijo que me amaba y colgó.

Jungkook se quedó boquiabierto.

—¿Te dijo que te amaba?

—¡Lo sé! ¡Fue raro! Era nuestra primera vez hablando. Me parece que avanzamos muy rápido. Si llama de nuevo, tendré que decirle la verdad, que tengo novi...

—¡No! Es decir..., no le digas que somos novios, porque obviamente no lo somos. Pero no me refería a eso. —Jungkook suspiró y tomó asiento en el sofá—. Ella pensó que eras yo. Y en cierto sentido es conveniente porque así no tenemos que darle explicaciones de tu existencia.

—¡Oye! Que mi existencia sea el resultado de un par de conveniencias ilógicas no significa que tengas que ocultarla.

—De hecho, es la razón por la que no podemos decirle. Pero ese no es mi punto. A lo que quería llegar es que...

Taehyung tomó asiento a su lado y lo alentó con la mirada. Jungkook volvió a suspirar.

—Ni siquiera recuerdo la última vez que me dijo que me amaba.

—Oh... Lo siento.

Jungkook negó con la cabeza.

—En realidad, preferiría saber qué hiciste, qué le dijiste para que te quisiera.

Taehyung pareció meditarlo a profundidad.

—No lo sé... —dijo al fin—. Solo me limité a escuchar lo que quería decir y dije lo que me pareció que quería escuchar.

—Pero ¿no sientes que es un poco... deshumanizante?

—Fue solo una llamada.

—Es decir, sí, hacerlo durante una llamada es fácil. Pero durante toda una vida...

ROSAS EN EL JARDÍN ; kth&jjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora