10. Las pequeñas acciones.

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El cumpleaños de Naeun llegó sin que nadie lo advirtiera, ni siquiera ella. Una mañana la abuela la recibió con sopa de algas y un pastel con veintiún velas. Los demás, avergonzados de haberlo olvidado, le cantaron el feliz cumpleaños. Naeun no logró disimular su expresión de sorpresa. Solo cambió su semblante cuando Gom se unió al desayuno contando anécdotas de una niñez lejana. La niña Naeun era una flor sonriente y colorida, decía Gom.

—Siempre tuviste el corazón lleno de ternura, igual que tu madre —dijo la abuela mientras bebía su primera taza de té del día.

—¿De quién la heredaron? —preguntó Taehyung, confundido.

—De mí —respondió la abuela.

—¿En serio?

Jungkook le dio un codazo a Taehyung por su imprudencia. Pero no fue él quien hizo la pregunta, sino Naeun. La abuela dejó la taza en la mesa y asintió con la cabeza.

—Yo fui como ustedes cuando era joven. Pero la ternura es el privilegio de quienes tienen la vida asegurada.

Naeun se quedó callada después de eso. La abuela recibió un mensaje de urgencia y se marchó sin más. Como días anteriores, Taehyung llamó a Naeun para su club de lectura. Ella se negó. Estaba agotada por el insomnio y quería tomar una siesta. Le desearon buenas noches y la vieron irse por los pasillos, más afligida que cansada.

—¿Qué hacemos? —preguntó Namjoon—. Es su cumpleaños y no le compré nada.

—Mis ahorros están en casa —dijo Jungkook, apenado.

—Los míos también —dijo Taehyung..

Namjoon, por su parte, ni siquiera llevaba cartera.

—¡No lo vi necesario! —se excusó—. Perdón por no prever que una pandilla de locos nos perseguiría.

Los tres compartieron miradas de preocupación, esperando que a alguno se le ocurriera una buena idea. Sin embargo, pasó algo mejor que eso: Un milagro.

—¿Qué pasa, muchachos? ¿Por qué esas caras? —preguntó Gom, quien, de casualidad, no se había ido con la abuela.

—Es cumpleaños de Naeun y no preparamos nada —contestó Namjoon, mortificado.

—No queremos que piense que lo olvidamos —añadió Taehyung.

Gom chasqueó la lengua y negó con la cabeza. Sacó una gorda cartera de su bolsillo, contó un par de billetes y se los entregó a Jungkook.

—¿Por qué...?

—Háganle una buena fiesta, ¿sí? Que se divierta y cree hermosos recuerdos. La Jefa Madre no regresará hasta dentro de unos días, así que no se pongan límites.

—Gracias, Gom.

Gom sonrió y se despidió. Una vez solos, Jungkook los convocó a una reunión de equipo.

—Tenemos cien mil wones, ¿qué hacemos?

—Eso es bastante dinero —dijo Namjoon—. ¿Nos podemos quedar con el cambio?

—No, devolveremos el sobrante —respondió Jungkook—. Taehyung, tú eres la mente creativa del equipo, ¿qué ideas tienes?

Taehyung permaneció unos segundos en silencio, pensativo.

—¿Qué tal si contratamos un trampolín inflable?

—Suena divertido —dijo Namjoon.

—Tenemos poco tiempo —les recordó Jungkook.

ROSAS EN EL JARDÍN ; kth&jjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora