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Los recuerdos que tiene Tsutsumi de Izuku solían entristecerla la mayor parte del tiempo.

Recordar cómo Izuku se entristecía en cada evento escolar en el que sus padres no asistían, enviándola a ella para acompañarlo.

Despertando a media noche cuando su puerta había sido abierta por el lindo Omega con el único propósito de dormir con alguien al tenerle miedo a los truenos.

Ver cómo con los años de su crecimiento nunca buscó a sus padres para llorar, preguntar sus dudas y demás. Viendo cómo ella se había vuelto su única confidente para contar sus problemas y dificultades de todo, incluso lo más pequeño como la tarea.

Presenciando su primer corazón roto ante la partida de Tomura; además de verlo llorar cuando su padre era sutilmente cruel con él; limitaciones de sus amistades, limitando sus estudios a lo que el Alfa mayor deseaba.

Sí, la licenciatura que estudió el Omega era Economía y administración de empresas, porque la pintura no era una profesión apta para los Midoriya, por qué no podía permitir que su único hijo fuera un artista del que todos hablaran; aunque Izuku se negó, su padre prometió pagarle simples cursos de pintura si con eso accedía. Terminó haciéndolo, finalizando sus estudios con honores.

Pero, aunque eso hizo muy feliz a su padre, no lo dejó ejercer cuando la mejor oportunidad de laborar en una de las mejores empresas de la ciudad llegó a él; consolándolo con un viaje a Italia con todo pagado para él y sus amigos.

Ella fue la que miro la tristeza durante esos años, pintando en completa soledad en su pequeño estudió mientras lloraba. ¿Dónde había quedado ese pequeño niño que dibujaba felizmente en su cuaderno con crayones en el jardín?

Incluso podía sentir la tristeza a través de cada pincelada.

Además, nunca olvidaría cuando Hisashi Midoriya había elegido a su futuro esposo: el menor de los Todoroki.

Y aunque esa decisión cambió de repente, aunque parecía que el Alfa al fin lo dejaría hacer algo por su propia cuenta y gusto, la espina la hicieron dudar en todo momento, descubriendo la verdad en el cumpleaños de Izuku cuando escucho a Hisashi y Katsuki hablar sobre ello.

Izuku era un pequeño niño llorando por absolutamente todo que la llevaron a protegerlo como si fuera su propio hijo, le afectaba mucho saber que su pequeño estaba siendo utilizado; pero debía admitir que nunca había visto tanta luz en sus lindos ojos, tan sonriente y feliz, y todo gracias a ese Alfa de nombre Katsuki.

—¿Cómo ves las cosas entre ellos? — le preguntó Inko, refiriéndose a su hijo y pareja.

Tsutsumi, no le había dicho nada a la mujer Omega, pues aún no sabía qué decisión tomar.

—Todo parece ir bien, Izuku y Katsuki parecen llevar una buena relación— respondió; e Inko chasqueó su lengua molesta.

—Solo necesito el más mínimo error de ese Alfa para alejarlo de mi pequeño hijo.

La mujer Beta frunció levemente su entrecejo, mordiendo la parte interna de su mejilla.

—¿Por qué sigues empeñada en separarlos?

—¿Por qué? Porque es evidente que ese Alfa busca algo más. Piensa que puede venir y tomar todo lo nuestro como si nada.

—¿Lo de ustedes? — preguntó de golpe—. Entiendo que tu esposo ayudó a tu familia, pero también recuerdo que no te importó hundir a ese hombre en el momento en que tus padres comenzaron a gozar de ese dinero. Prácticamente te quedaste por la buena vida que Hisashi te brindo y él consiguió con su esfuerzo. Claro, todo fue a costa de tus padres.

Mi mayor codicia [BakuDeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora