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Con la ropa entre sus manos, Izuku salió de su closet para llevarla hasta la cama en dónde Tsutsumi se encontraba ayudándole a preparar su maleta, momento justo en el que apareció su madre dentro de la habitación. Dándole una pequeña mirada a la mujer Beta para que está saliera de la habitación.

—¿Enserio piensas ir? — cuestiono la mujer, viendo cómo su hijo doblaba un par de prendas para acomodarlas en el interior de la maleta.

—Ya hablamos sobre esto.

—Sí, pero puedes cambiar de opinión.

—No voy a hacerlo.

—¿Por qué no?

—¿Y por qué no quieres que vaya? — preguntó Izuku, deteniendo su acción para mirar a su madre.

La mujer muy bien parecida a él, frunció sus labios, comenzando a mirar a su alrededor, notando como los detalles que adornan la habitación había cambiado con los años; sonriendo con melancolía, terminando por mirar a su hijo que esperaba una respuesta.

—¿Te sorprendería si te dijera que, Katsuki sigue sin convencerme?

Soltando una risa incrédula, Izuku comenzó a negar con la cabeza. La opinión de su madre para con él Alfa rubio, no era sorpresa para nadie.

No le agradaba, eso ya lo sabía, pero, ¿por qué?

—¿Qué es lo que no te gusta? Quiero decir, Katsuki ha demostrado ser un hombre digno de mí— mencionó con ironía—. Tiene un futuro prometedor y se desenvuelve en el mundo de papá. Es cariñoso, respetuoso, y me ha hecho feliz durante este tiempo juntos.

—Pues ciertas de sus actitudes han hecho molestar a tu padre. Él está comenzando a dudar de si fue correcto aceptarlo.

—¿Actitudes? ¿De qué hablas?

—Tú sabes bien a qué me refiero.

—Oh, ya entiendo, ¿hablas de todo aquello que me dio cuando mi padre me lo negó? ¿Qué hay de malo con eso?

—Si tu padre te lo negó, fue por una razón.

—¿De tenerme bajo su control? ¿Ese es el problema? — Inko titubeó al responder—. Escucha, madre, ¿qué es lo que esperabas para mí? ¿Alguien que me manipule a su antojo? ¿Qué yo no fuera nada más que un adorno para engrandecer su apellido? ¿Qué al casarme no pueda salir de casa? Discúlpame, pero eso no sería vida para mí, y me alegra saber que Kacchan nunca me quitará la poca libertad que tengo viviendo en esta casa.

—¿Pocas libertades? Izuku, tú padre lo ha dado todo por ti. Siempre procuro darte una buena vida, y también a mí— dijo nerviosa—. Ese jovencito no tenía nada antes de comenzar a trabajar para tu padre. Él, puede estar ocupando solo la oportunidad.

Izuku, ladeó un poco su cabeza, mirando detenidamente a la mujer frente a él.

No era secreto para su familia como su padre consiguió su imperio, no era secreto que la cercanía con su madre se estimuló más al saber que podía conseguir su propósito más pronto de lo imaginado al casarse con ella.

Pero por qué después de tantos años, ¿su madre comenzaba a temer?

—¿Tienes miedo de que sea como papá? — se atrevió a preguntar, viendo los nervios de la mujer dispararse de la nada.

—Yo solo quiero, que encuentres más que felicidad— dijo, saliendo de la habitación sin volver a decir una palabra más, ignorando que Tsutsumi se encontraba afuera escuchando.

La mujer Beta, solo miro a la Omega mayor marcharse, recordando cada pesar de la misma durante sus años de matrimonio, entendiendo las últimas palabras, pues aunque ella y Hisashi se amaban, había algo que faltaba en ese hogar: tranquilidad.

Mi mayor codicia [BakuDeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora