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Tomados de la mano y caminando en sincronía por el gran jardín de la residencia, Izuku arrastró a Katsuki hasta el pequeño quiosco donde su madre solía tomar el té con amigas, con él, o simplemente sola.

Al tomar asiento, el rubio rodeo los hombros de Izuku, sintiendo como este comenzaba a acurrucarse cerca de su cuerpo.

—Kacchan...

—¿Qué sucede?

—Puedo... ¿Puedo saber más sobre tu relación con Kirishima? — preguntó con cautela, pues, aunque no lo demostró, había algo en aquel Alfa pelirrojo que no le agrado.

Katsuki miro a Izuku, mismo que evitaba su mirada y hacía pequeños círculos sobre su pecho con su dedo índice; sonriendo al ver lo perspicaz que podía llegar a ser, y no lo criticara por ello, pues para su mala fortuna, su amigo no es bueno simulando cuando sus emociones están de por medio.

—¿Exactamente qué quieres saber? — preguntó, acariciando la cabellera verdosa.

—¿Desde cuándo se conocen?

—En la universidad, en primer año. Nuestras facultades estaban algo cerca— Izuku lo miro, haciendo reír al Alfa por la seriedad en su rostro—. Eiji no es como cualquier Alfa, si es lo que estás tratando de deducir.

—Yo no quise... — intentó defender su curiosidad, pero Katsuki lo interrumpió.

—Le gustan los Alfas. Eijiro tiene una fuerte obsesión con ellos.

—Es un...

—¿Amanerado? No y sí, pero lo es — Izuku bajo la mirada avergonzada—. No tienes que sentirte mal por tu curiosidad, a él no le molesta que lo señalen de esa manera, además, los tiempos han cambiado, gustar de Alfas no es tan mal visto en la actualidad. De hecho, él tiene una relación de conocimiento público con un Alfa, su nombre es Tetsu.

—Vaya... no sabía que tenía una relación.

—Lamento no haber dado ese detalle.

Izuku sonrió ante el suave beso sobre su frente, sintiendo más confianza para preguntar directamente: —¿Intentó algo contigo? — Katsuki comenzó a reír.

—Varias veces, siempre andaba detrás de mí, soltando sus comentarios vulgares sin vergüenza alguna. Pero al ver que no conseguiría nada conmigo se terminó rindiendo, fue allí cuando comenzó nuestra extraña amistad. Un par de años después conoció a su pareja actual— suspiro—, desde entonces han estado juntos.

—¿Su pareja sabe sobre ti?

—Más de lo que debería, pero sí, pero como dije, nada más allá ha pasado. Además, Tetsu y yo nos llevamos muy bien.

—¿Podré conocerlo?

—Por supuesto.

Sonriendo el uno al otro, siendo Izuku el primero en besarlo, siendo Katsuki el siguiente en tomar todo control sobre el mismo.

Para ese punto de su relación, era inevitable no desear más, su cuerpo e instinto Alfa lo sabían, pero sus cinco sentidos en alerta, lo hacían guardar la compostura un poco más; aunque Izuku y su Omega deseaban avanzar un poco más, terminaba aceptando el límite de Katsuki aun cuando ya había desabrochado los primeros botones de su camisa y acariciado parte de su pecho desnudo.

El rubio, sonrió por la manera en la que Izuku había quedado al finalizar su tacto: ojos cerrados, labios entreabiertos y mejillas teñidas de un suave color carmín.

—Será mejor entrar— susurró Katsuki para sacarlo de su ensoñación.

Quejándose un poco, Izuku abrazo al Alfa, hundiendo su rostro entre la abertura de la camisa, negando con la cabeza. Katsuki miró de soslayo, sintiéndose aliviado de que nadie estuviera mirando.

Mi mayor codicia [BakuDeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora