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—¿Cómo puedes estar tan tranquilo? — preguntó de la nada Inko, soltando los cubiertos para mirar a su esposo.

—¿De verdad quieres seguir hablando sobre eso? Es nuestra cena de aniversario, ¿no puedes esperar a mañana?

—Mi pequeño está en estos momentos en una cita con uno de tus empleados, ¿por qué tantos cambios tan repentinos? Hace unos días...

—Hace unos días no dejabas de reclamarme por los Todoroki— la interrumpió el Alfa—, me dijiste que era algo que no deseabas para nuestro hijo, querías que fuera feliz como nosotros y aquí estamos. Mi relación con esa familia puede verse afectada a futuro por cumplir sus caprichos.

Inko apretó sus labios con fuerza, provocando que su mandíbula temblará; bajando su mirada y contemplando su plato a medio comer.

Ella no era tonta, ella no era tan ingenua cómo muchos pensaban, simplemente aprendió a vivir y convivir en armonía y amor con un Alfa cómo Hisashi Midoriya.

La Omega siempre ha venido de una familia humilde, una familia que a pesar de una economía decente nunca les ha gustado llamar la atención. Al menos no hasta que Hisashi llegó a sus vidas.

En ese entonces Inko tuvo que abandonar la escuela para ayudar en el negocio de sus padres, un pequeño y lindo restaurante que estaba al borde del colapso. ¿Por qué? Simple.

Años atrás su padre había tenido un socio que terminó robando las recetas, mismas con las que abrió su propio restaurante y con el pasar del tiempo lo extendió a franquicias.

Pero el problema inició cuando las especulaciones iniciaron, y ambos se vieron envueltos en una demanda.

Debido a que su padre debía estar la mayor parte del tiempo en los tribunales, Inko tomó el papel que este desempeñaba en el restaurante.

Fue allí que se conocieron. Hisashi no conocía los problemas que la Omega tenía; Inko no sabía que aquel Alfa que comenzó a frecuentar el lugar era un abogado que recién iniciaba a ejercer su profesión.

Todo inició de manera espontánea, el enamoramiento fue genuino, pero Inko no se sentía correcta al aceptar su confesión, pero terminó accediendo; y Hisashi conoció la historia detrás de aquella familia.

Él quiso actuar de buena fe, él quiso demostrar el gran amor que le tenía a Inko y de lo que sería capaz de hacer por ella. Pero no todo pintaría a su favor, no si Torino -su jefe-, estaba envuelto en todo eso.

«—No podemos abandonar a nuestro cliente solo porque te has enamorado de la hija de la parte acusada. Además, nos están pagando bastante bien para llevar a la ruina a esa familia— fue lo que le dijo Torino cuando le pidió abogar a favor del padre de Inko».

«—He visto las pruebas, el cliente que usted mencionar lleva las de perder si el abogado de la contraparte sabe manejar bien las pruebas».

«—Tienes razón, pero son unos inútiles e ilusos si piensan que con esas pruebas tan insignificantes podrán ganar un juicio comprado— soltó sin titubear, y Hisashi lo entendió—. Escucha, el cliente es un amigo mío, y si debo comprar al juez para ayudarlo lo haré».

«—¿Es así como ha ganado su impecable reputación?».

«—Escucha Hisashi, si deseas llegar alto en este bufete, deberás aprender que lo correcto no siempre será la mejor opción. Entiendo que deseas ayudar al igual que yo, porque después de todo ese es nuestro deber, pero ese pequeño restaurante no se compara a los grandes beneficios que podemos obtener del que tiene franquicias en otras ciudades. A veces, hay que mancharse las manos para obtener lo que queremos».

Mi mayor codicia [BakuDeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora