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En el momento en que salió del cuarto de baño, Izuku detuvo su andar al notar algo inusual sobre la pequeña mesa de té que estaba junto a la ventana de su terraza. Antes de que pudiera acercarse, la puerta de su habitación se abrió de pronto, dejando ver a Tsutsumi que llevaba consigo algunas prendas limpias y bien dobladas en sus manos.

—¿Por qué está en una maceta? — preguntó, señalando la flor rosada que resaltaba en el medio.

—Oh, bueno, investigue un poco sobre esa flor; es un lisiathus— dijo, dejando la ropa sobre la cama, caminando hasta estar junto al lindo Omega—. Es una flor que a pesar de ser cortada puede seguir brotando.

—¿Y por eso la colocaste ahí? —ella asintió.

—Si consigo que eche raíces, tendrás una flor bellísima con hermoso significado— Izuku la miró confundido—. El color rosa significa sensibilidad, adecuada para un lindo Omega como tú — explico, sujetando los hombros del menor que ahora contemplaba la flor—. Además, está flor es regalada cuando hay amor de por medio y se busca un compromiso. Y significa: «amor eterno» —susurro.

Sonriendo al sentir como el pequeño cuerpo de Izuku se encogía; las betas cómo ella no tenía un olfato tan agudo como los pertenecientes a otras castas, pero eso no impedía que pudiera percibir ese olor tan dulce: vainilla y chocolate blanco. Lo que más le gustaba de su trabajo era ese momento, en el que su pequeño niño emanaba su felicidad, y ella estaba allí para presenciarlo.

Antes de que alguno de los dos pudiera decir algo, alguien llamó a la puerta de la habitación, dejando ver a una empleada, misma que llevaba consigo una rosa roja.

—Es la séptima en esta semana— mencionó Tsutsumi, dirigiéndose a su compañera para tomar la rosa y ordenar que siguiera con sus labores.

Izuku sonrió y la tomó entre sus manos; no podía faltar una de ellas cada mañana, y eso lo hacía sentir tan feliz y emocionado. Era increíble que su Alfa soñado lo corteje.

—Una semana— volvió a hablar la mujer—. ¿Es el tiempo adecuado para formalizar una relación?

—Es lo que mi padre dijo— respondió, girando su cuerpo hacia su tocador, dónde se encontraba el florero donde estaban el otro par de rosas—, además, aunque Katsuki y yo estemos saliendo formalmente, debe seguir esforzándose; terminar de convencerme y convencer a mis padres de que es el adecuado para mí.

—Ya veo... me imagino que el señor Hisashi lo tendrá muy bien vigilado, porque, aunque sea tu pareja no deja de ser su empleado— Izuku asintió—. Viéndolo de esa manera si la tendrá difícil, pues al más mínimo error no solo terminaría su relación, si no que podría perder su trabajo...

Hablo sin pensar, pero no tardó en notar su error en el momento en que Izuku la miró con el ceño fruncido, bañando poco a poco la habitación de feromonas llenas de disgusto. Tsutsumi rio nerviosa, pues su pequeño comenzaba a ponerse territorial y protector; Katsuki no sería el único con conflictos, el mismo padre del Omega podría tener consecuencias si llega a dañar al Alfa de su hijo.

Por otro lado, Izuku era consciente de eso, razón por la cual terminó suspirando, dejándose caer sobre el banquillo, mirándose directamente al espejo.

—No pongas esa cara— susurro la Beta, comenzando con la tarea de cepillar su cabello—. ¿O acaso estás dudando? —Izuku negó en respuesta.

—Confío en que Katsuki sería incapaz de hacerme daño...

—Así se habla. Ahora, tenemos que arreglarte, TÚ Alfa, no debe tardar en llegar, y el desayuno ya debe de estar listo.

—¿Podrías explicarme los cuidados de la flor después? — Tsutsumi asintió en afirmación, sonriendo aún más al notar el notorio sonrojo de Izuku.

Mi mayor codicia [BakuDeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora