XI

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Capitulo Once.

  UN PROLONGADO silencio se extendió por la sala, mientras lo único audible era la respiración entrecortada de la Elfina

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  UN PROLONGADO silencio se extendió por la sala, mientras lo único audible era la respiración entrecortada de la Elfina.
  El viento rugía por las afueras de la guarida, siendo casi imperceptible debido a la falta de ventanas en aquel sector oculto bajo tierra.

—¿Compañera, dices?

  Charlotte Evans se encontraba paralizada frente al muchacho, quién le había pedido tiempo atrás que se sentara ya que estaba dispuesto a contarle la verdad de una vez por todas.

—¿Pero qué es una "Compañera" exactamente?— volvió a preguntar mientras pequeñas marcas se pronunciaban en su frente, signo de clara confusión.

—¿Conoces la teoría de las "Almas Gemelas"?

—...No me jodas— soltó tras un suspiro de asombro — ¿Lo dices en serio?— preguntó aún notablemente impactada.

— En nuestra especie a aquellas almas gemelas se las conoce como Compañeras o Compañeros — comenzó el cobrizo, expectante ante la reacción de la elfina—Se supone que son las personas con las que estamos destinados a compartir nuestra eternidad, con las únicas con quienes nos sentimos nosotros mismos.

—¿Pero...—

—Yo siempre supe que Isabella no era mi compañera — apuró a decir antes de que ella hablara— Pero nunca creí que te conocería... Charlotte, yo siempre estuve esperando por tí, pero nunca llegabas, jamás lo hiciste por más décadas que estuve aguantando por conocerte al fin — Charlotte era incapaz de mirar al bello joven a los ojos, vagando entre la superficie de la mesa— El tiempo se me hacía interminable, yo podía ver como todos eran felices con sus compañeras, pero yo jamás había podido encontrar ese sentimiento de... comodidad en mi vida— dijo, haciendo una pausa para buscar la palabra adecuada—Jamás creí que sería de esta forma, discúlpame, todo esto ha sido mi culpa...

—No—negó ella, haciendo que el vampiro la mirase con suma atención— Jamás debiste hacerlo, pero quién soy yo para juzgarte... Entiendo cómo debiste de haberte sentido, solo prométeme que ella se irá pronto— su mirada era intensa, marcando sus últimas palabras para darle entender al joven, más allá de sus pensamientos, que no quería a la humana cerca.

  Edward estaba apunto de responder cuando un ruido metálico se escuchó desde la puerta, sonando como cuando una armadura choca contra una superficie dura.
  Los seres sobrenaturales voltearon hacia donde provenía aquel ruido, topándose con Isabella Swan intentando tomar del suelo un pequeño escudo que reposaba siempre en aquella pared, a modo de decoración.
  Sus pasos eran sumamente torpes, y sus manos temblaban ligeramente intentando sujetar dicho escudo.

—Bella...¿Qué haces aquí?— Edward miraba de soslayo a su compañera, sabiendo que ésta estaba entrando en cólera.

—Ah, este...yo... Te estaba buscando porque me desperté y no te sentí junto a mí.

°THE BOY IS MINE°   ||   Edward Cullen.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora