CAPÍTULO FINAL

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Tan pronto como él y Sunghoon se quedaron solos, Jake se dio cuenta de que había algo raro en Sunghoon. Excepto por el fuerte agarre en el brazo de Jake, Sunghoon no le prestaba atención, sus ojos oscuros vagaron por el pasillo y miraron a todos lados menos a él. Jake pensaría que Sunghoon solo estaba buscando peligro, pero podía sentir que no era solo eso.

—¿Hoon? —susurró Jake con incertidumbre.

Un músculo se crispó en la mandíbula de Sunghoon pero ignoró a Jake.

Con la garganta incómodamente apretada, Jake captó la indirecta y se calló, siguiendo a Sunghoon en silencio.

Para su sorpresa, Sunghoon se dirigió a la puerta principal.

—Hay seguridad allí—murmuró Jake.

Sunghoon no dijo nada. Al darse cuenta de que Sunghoon había escondido la pistola y el cuchillo bajo su abrigo, Jake frunció el ceño—Jongseong probablemente les dijo que eviten que nos vayamos.

Sunghoon continuó ignorándolo.

Jake lo fulminó con la mirada, comenzando a enojarse también. Sí, la había jodido, ¡pero casi lo había logrado! Era pura casualidad que Jongseong hubiera regresado a casa. ¿Por qué Sunghoon lo trataba de esa manera?

¿Por qué no lo miraba?

Jake estaba tan molesto por eso que ni siquiera podía sentirse agraviado cuando cuatro guardias armados se encontraron con ellos en la puerta principal.

Sunghoon solo suspiró con fastidio. Ignorando las armas apuntando hacia él, dijo:

—Llama a tu jefe y déjame hablar con él por un momento.

Los guardias intercambiaron miradas antes de que uno de ellos finalmente sacara un teléfono. Dijo algo en ruso antes de entregarle el teléfono a Sunghoon.

—Si no regreso dentro de una hora, tendrá al MI6 llamando a su puerta —dijo Sunghoon al teléfono—. Estoy seguro de que tienes mejores cosas que hacer en Navidad que responder preguntas incómodas.

Jake no podía oír lo que decía Jongseong, pero hizo que los músculos de Sunghoon se tensasen.

—Es solo un corte. Si realmente quisiera lastimarlo lo hubiera hecho. Dile a Jungwon que me disculpo. ¿Eso es todo?

Devolvió el teléfono al guardia, que escuchó lo que dijo Jongseong y bajó el arma.

—Se pueden ir.

Estrechando su agarre en el brazo de Jake, Sunghoon salió de la casa, arrastrando a Jake hacia su coche que estaba estacionado.

—Entra —ladró sin mirar a Jake mientras se sentaba en el asiento del conductor.

Lanzándole una mirada cautelosa, Jake hizo lo que le dijo.

Todo estaba en silencio.

Jake apretó los puños y miró por la ventana, fingiendo que no podía sentir la tensión sofocante y airada en el coche y muy consciente del cuerpo de Sunghoon a pocas pulgadas del suyo. Incluso ahora, a pesar de su actitud defensiva, su ira y su culpa, le dolían las entrañas por la ansiedad. A su corazón no le importaba que Sunghoon estuviera enojado con él ni tampoco a su cuerpo. Todo lo que su cuerpo quería eran las manos de Sunghoon sobre él, anhelaba cualquier contacto, ya fuera suave o violento.

Dios, él estaba perdido.

Finalmente, después de lo que parecieron horas, llegaron a la casa familiar. Al verla, le dolió el pecho. No había sido su hogar por mucho tiempo, pero había sido tan feliz en esa casa.

No shame |Sungjake|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora