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Era el día de la clasificación,el ambiente era tenso y los pilotos ya estaban con la cabeza puesta en la pista.

Yo me encontraba en el lugar de descanso de Pierre,él se había ido para hablar con los ingenieros y ya después empezar a prepararse.

Yo por otro lado me sentía fatal. El dolor de cabeza me estaba matando y mí cuerpo parecía no tener energías,simplemente me sentía horriblemente mal.

Pierre trato de convencerme de que quedarme en el hotel sería la mejor opción,pero yo me negué rotundamente. Sabía que él amaba que yo estuviese presente durante los fines de semana de carrera,y con el duro momento que estaba pasando con más razón debía venir a apoyarlo.

De lo que si logró convencerme fue de irme del box y recostarme en la "cama" que tenía él en su sala de descanso,la cual obviamente siempre estaba vacía.

Mí cabeza palpitaba y mí mal humor estaba creciendo por cada puntada que mí cabeza recibía.

Mire mí celular y todavía faltaba media hora para que la clasificación comenzara,respire profundamente varias veces tratando de que el dolor disminuyera pero no funcionó.

No sabía a qué se debía el dolor,puede que sea porque últimamente no estaba durmiendo bien por las noches,era la única solución que le encontraba al dolor.

Mí insomnio no había pasado desapercibido ya que las ojeras debajo de mis ojos eran impresionantes,además que mí mal humor se volvía aún peor por la falta de sueño.

Cada vez que me acostaba con la idea de dormir mí cabeza se llenaba de incontables preguntas de diferentes temas.

Por un lado me preocupaba por mí madre,si bien no habías sido la mejor durante mí crianza yo le gustaba cierto cariño. Me replanteaba si no contestar sus llamadas y tratar de no saber nada de ella estaría bien,me hacía sentir liberada pero a la vez me dolía.

También se me venía a la cabeza todo lo que estaba sucediendo en mí vida,me sentía demasiada agobiada por muchas cosas,lo de mí madre,lo de Pierre y lo que más me confundida,mis sentimientos respecto a Leclerc.

No entendía que era lo que sentía por ese chico,lo odiaba tanto pero tanto, pero a su vez me dolía verlo con otra mujer y que me mirara con ojos de dolor,simplemente no comprendía mis sentimientos hacia él.

Siempre se me hizo odioso,cuando éramos chicos vivía molestándome y haciendo alarde de lo bueno que era en los karts.

Cuando éramos adolescentes me caía aún peor,a mí parecer se volvió más arrogante y más pesado.

Y ahora que ambos éramos adultos la cosa no cambiaba mucho,si bien no alardeaba de todo lo que tenía seguía siendo odioso y molesto.

Aunque tenía días en los que esa personalidad que tanto odiaba desaparecía y se dejaba entrever a un chico amable, cariñoso y respetuoso.

Esa personalidad era la que me gustaba,cuando me di cuenta que mí odio hacia él había disminuido fue cuando lo encontré llorando,se veía tan indefenso que lo único que quería hacer era abrazarlo y decirle que todo mejoraría.

Cuando demostraba esa otra personalidad me gustaba,su manera de sonreír,la manera en la que usaba el apodo que me había puesto cuando éramos adolescentes,la manera en la que te demostraba que le importabas.

Pero luego volvía el Leclerc odioso y frío que yo detestaba,al cual no le temblaba la voz para decir cosas dolorosas y obligar a sus amigos a confesarse cuando nunca quisieron hacerlo.

Debía admitir que todavía le tenía enojo por eso,para algunas cosas soy muy rencorosa.

Eran dos personalidades en una persona,no lograba entender si usaba esa personalidad arrogante y de sobrado para protegerse de los demás,y su otro yo lo guardaba para las personas importantes en su vida.

Un Romance Inesperado |Charles Leclerc|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora