🐺DIEZ: PREOCUPACIÓN.🐺

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El lunes Park Jimin no acudió al trabajo alegando que aún estaba en periodo de celo, nadie tenía nada que objetar, a excepción de sus padres, claro, quienes sabían bien que su calor ya había pasado.

Aún así, los Park no dijeron nada y es que su hijo más joven no parecía estar demasiado bien, sus nervios parecían traicionarlo casi en cada movimiento y no tenía mayor conversación que respuestas con monosílabos a sus preguntas.

Supusieron que era algo emocional o un conflicto con su lobo, cosas que pasaban cuando un omega en edad fértil se encontraba solo.

—Esas nuevas ideas revolucionarias no nos llevan a ningún lado, tal vez la presencia física de nuestro animal interior dejó de manifestarse hace siglos por la evolución, pero seguimos siendo lo que somos, Jia, y la naturaleza es la que es.

Park Eunu golpeaba rítmicamente con el dedo sobre la mesa mientras le hablaba a su esposa, ella solo lo escuchaba mientras terminaba de fregar una cacerola y se preguntaba si su pequeño estaría realmente bien.

—Los omegas necesitan estar en compañía, por mucho que la juventud trate de ir contra su naturaleza y fingir que están bien solos.—Su café ya no humeaba, pero él estaba demasiado ocupado con su monólogo como para darse cuenta de ello.—Míralo, cuando aquella relación acabó corrió para volver a casa, porque es lo normal, es lo que necesita un omega, sentirse arropado. Y no es que me moleste que esté con nosotros, Jia, ni mucho menos, pero tiene cierta edad y necesita emparejarse bien.

La mujer suspira, espera que su cachorro no esté oyendo las afirmaciones de su esposo, pues no es la primera vez que pelean por el mismo tema. Ella quiere creer que lo que dice Jimin es cierto y que está bien solo, pero no puede evitar caer en las ideas tradicionales y pensar que el chico sería más feliz si ya estuviese emparejado.

—No sé qué pega le encontró al hijo de Gwoyung, es de su misma edad, alto, apuesto, amable y con un buen empleo. Incluso coincidían en su gusto por la lectura.—Golpea ligeramente la mesa con ambas manos, haciendo que el café se tambalee y se derrame un poco.—Han salido un par de veces y no más, ¿por qué? Si parecía contento tras verse.

—Tal vez sólo vio en ese chico amistad, como con Seokjin.—Responde Jia dejando la cacerola bien limpia en el escurridor y dándose la vuelta para mirar a su esposo.

Eunu chasquea la lengua, claramente no es una respuesta que lo satisfaga y por fin hace cuenta de su café, tomándoselo casi entero de un sorbo.

—Escuché el otro día un poco de una conversación con sus amigos y no me gustó nada lo que oí, ¿sabes?—Comenta frunciendo el ceño, su mujer se quita el delantal y se sienta junto a él, haciendo cuenta del té frío que se había preparado hacía un buen rato.—Llamé a Namjoon de inmediato.

La omega lo mira atenta y él termina su café, sus dedos gruesos se quedan aún sobre la taza blanca y los finos de ella no levantan la suya aún.

—Su jefe lo pretende, Jia, es un alfa mayor y casado.

Las cejas de ella se arrugan y su estómago parece estrujarse al oír aquello, su esposo asiente con pesadez.

—Namjoon dice que Jimin no ha expresado tener interés a él, pero parece que no desiste y a veces los omegas sois débiles si os sentís solos...

Jia deja de escuchar al alfa, sus pensamientos monopolizados por su cachorro más joven y la posibilidad de que se vea envuelto en un tema como aquel. Sin duda es lo peor que le podría pasar, un alfa casado tiene un vínculo, un lazo con su pareja, aún cuando es infiel, no podrá enlazarse con nadie más, por lo que los omegas que terminan enredados en una relación así quedan marcados de por vida. Algunos de los lobos de omegas amantes terminan muriendo de pena, haciendo enfermar al cuerpo humano y terminando con un terrible final.

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Mientras tanto Jimin está encerrado en su habitación, conectado en una videollamada con Yves, no puede confiar en nadie más para hablar de ésto. Jin no lo entendería, Hoseok podría sentirse ofendido, Yoongi le diría a Hoseok aunque él le pidiese guardar el secreto y Vivi conocía a Jungkook, así que la única opción segura para pedir consejo era la rubia.

—No sé qué decirte, Jims... Es que nunca me ha pasado algo así.—Decía ella encogiéndose de hombros, con la mano en la mejilla mientras miraba fijamente a su amigo.

El omega se sube las gafas que ya resbalaban por el puente de su nariz y sintiendo sus mejillas rojas y su estómago retorcerse se debate en si debió contarle todo a su amiga.

—Creo que la mejor opción para ésto es Yoongi. Alfa enamorado de beta, es lo más parecido.

—¡No! No, Yves, no podemos decírselo a más nadie y...—Niega con la cabeza, sabe que está sonrojado hasta la raíz del pelo.—No es parecido, no estoy enamorado de Jungkook, ¿vale? Apenas lo conozco...

—Ay, ya sé, pero te atrae, si no no estarías así, no habrías encontrado placer en oler su ropa aún si no tiene un aroma como tal, ¿no?

Jimin cierra los ojos con fuerza, la cabeza escondida entre sus brazos, es consciente de la camisa de Jungkook hecha mierda que ha escondido en el último cajón de su escritorio, es como si su tobillo justo al lado ardiera por su presencia.

—Yves.

—¿Qué?

—Hice un nido.—Murmura.

—¿Qué?

—Hice un nido.—Dice algo más alto.

—¿Hiciste un nido?

La rubia ve como su amigo reaparece de entre sus brazos, ojos escondidos tras enormes gafas, frente arrugada de la preocupación, piel colorada por la vergüenza.

—Un nido. Bueno, no es lo común en omegas solteros, pero...

De pronto se calla, abre sus ojos en grande, con una interrogación en su mirada que hace que Jimin se quiera morir y entonces lo entiende todo.

—¡Has hecho un nido con la camisa del beta!

Y escucharlo en voz alta, y de otra persona, hace que Jimin sea más consciente de la seriedad del asunto. Entonces su mente martillea, ¿qué debe hacer cuando vuelva al trabajo? ¿Quizá debería ir al médico? ¿Le intenta comprar a Jungkook una camisa exactamente igual y fingir que nada pasó? ¿Y si mejor hace como que no se llevó nada por error?

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En la taquilla de Jeon Jungkook está ahora, púlcramente doblada y guardada en una bolsa, la camisa que guardó sin darse cuenta de que no era suya y olvidó todo el fin de semana.

Supo de quién era nada más abrir la puertecilla metálica, aquel aroma a melocotones en almíbar era inconfundible, sus mejillas se colorearon de inmediato y cerró de un portazo pensando que había alguien más en la zona.

Debía ser cuidadoso, ¿y si alguien se daba cuenta? Quién sabe que rumores podrían crearse por un tonto error, solo de pensarlo comenzaba a sudar.

Apenas comenzaba a notarlo Park Jimin, si de la nada se comenzaba a hablar cosas inventadas ya se podía olvidar de intercambiar un simple saludo. ¿Y si lo señalaban como un acosador?

¡Santa luna, no!

En su mente bailaban miles de posibilidades y todas eran desastrosas, así que no le quedaba más remedio que tratar de mantener la compostura y maquinar cómo le devolvería la camisa al omega sin que nadie se enterase y sacase falsas conclusiones, como que había robado la camisa deliberadamente.

Resopló para sí mismo mientras archivaba un par de carpetas nuevas, solo quedaba esperar a que el omega volviera al trabajo.




🐺Two is better than one🐺 (Kookmin)-OMEGAVERSE.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora