Quarente deux

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Merlina corría por el pasillo, enfocada en atrapar a Ari, quien se le había escapado una vez más.

Mientras corría, pasó por delante de Yoko, estaba coqueteando descaradamente con Divina.

—Hey, Merlina, ¿cazando tan temprano?—dijo Yoko con una sonrisa, sin dejar de mirar a Divina.

Pero cuando vio a Ari delante de Merlina, su expresión cambió de inmediato.

—¿Eh? ¿La chica del bosque? ¡LA SECUESTRADORA!

Yoko se dio cuenta de que Merlina estaba persiguiendo a la chica del bosque y su expresión se volvió de sorpresa a alarma.

—Oh no, no, no. —dijo, y empezó a correr detrás de ellas.

—¡Yoko! ¿A dónde vas? —preguntó Divina, confundida.

Yoko le gritó algo que apenas pudo entender.

—¡¡UNA SANDIJUELA, USURPADORA, ROBA MARIDAS!! ¡UNA ZORRA ROMPE HOGARES, MERLINA ME NECESITA!

Divina se quedó boqui abierta, sin entender nada.

Mientras tanto, Ari corría hacia Enid, quien la esperaba con los brazos cruzados y una expresión enojada.

—¿Por qué estás corriendo como si te persiguiera el diablo?—preguntó Enid, y luego vio a Merlina detrás de Ari. —¿Por Dios ustedes dos de nuevo? ¡Son como perros y gatos! ¡No pueden estar en la misma habitación sin pelearse! ¡Estoy harta de esto, harta de que no puedan comportarse como adultas! ¡Un semestre de paz, eso es todo lo que pedía! ¡Disfrutar la escuela, sin nada de dramas. Pero no, desde que ustedes se vieron no habido nada más que problemas.
¿Merlina que tan difícil es entender que Ari, no me hace ningún daño? Y tú, Ari, ¡Me decepcionas! provocándola y haciéndola reaccionar. ¡Ambas son igual de culpables! ¡No pueden dejar de lado sus diferencias y comportarse como personas civilizadas! ¡Estoy cansada de ustedes dos! ¡Quiero un poco de paz, un poco de tranquilidad! ¡¿Es demasiado pedir?!

Merlina intentó explicarse, pero Enid la interrumpió.

—No, no, no. No quiero oírlo. No quiero saber lo que tengan que decirme ninguna de ustedes dos.

Las dos chicas se miraron, sorprendidas por la explosión de Enid.

Luego, como si fueran dos niñas pequeñas, empezaron a discutir.

—¿Ves?Es tu culpa que se haya enfadado —dijo Ari, señalando a Merlina.

—¡No, ella se fue porque tú eres una problemática de mierda! —respondió Merlina, señalando a Ari.

Yoko llegó detrás de ellas y se detuvo, observando la escena.

—¡Espera, espera! ¡Merlina, es la chica del bosque!—
dijo Yoko, acusando.

Merlina y Ari se miraron, sabiendo que había llegado demasiado tarde. Sus ojos se encontraron y, por un momento, parecieron decir —¿En serio? —La acusación de Yoko era tan obvia que no había necesidad de negarla.

Merlina se encogió de hombros, como aceptando su culpa, y Ari puso los ojos en blanco.

—Eso ya no importa.

Había arruinado la felicidad de Enid. Lo había arruinado una vez más. Cuando solo quiere hacer las cosas bien, terminan saliendo diez mal. Estaba cansada de eso, estaba harta de arruinar lo que más amaba.

—Pero... ¡Ella es quien te secuestro!—dijo Yoko.

—Es mi prima... —respondió Merlina, con un suspiro—. Yoko, ya no importa. No es culpa de Ari realmente. ¿Recuerdas lo que dije sobre cómo aparecí donde mi tío?

¡Enid ya duérmete! [G!P]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora