Quarente quatre

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❤️‍🔥

Al día siguiente Enid y Ari habían discutido.

Yo no podía estar más orgullosa de eso. ¿Como no estarlo? Subían mi ego, si mi nombre se menciona en esa relación era motivo de pelea. ¿Enid, bebé, necesitas consuelo? Ven conmigo.

—Cariño llevas dos horas tratando de armar una figura de legos, estando enojada, van como 5 cajas que rompes por tu fuerza.

—No estoy enojada... Son estas malditas piezas — rompió otro—. Frágiles. — resopló con fuerza, acomodando sus lentes.

Todo su escritorio estaba lleno de legos rotos, terminó "armándolos". Desde mi escritorio.
«Más bien destrozándo diría yo».

Yo no me atreví a negárselo. Alguien está en su periodo lobil desde que se levantó.

Mejor me quedé aventando una pelota de baloncesto al techo.

—¿Lo ves? Estás enojada. Mi mamá me ha dicho que cuando estamos enojados las cosas no nos saldrán bien. Como puedes ver ellos me hicieron con mucho amor.

Dije acariciando mis abdominales, no traía más que un top deportivo y unos bóxer a juego. Hoy es un día verdaderamente caluroso.

Su mirada furiosa frenó en mi, analizando cada movimiento.

—Addams si tienes calor, podrías bañarte, ¿sabes? Así no estás dando tu opinión dónde no te lo piden.

—¿Y darte el privilegio de verme, semidesnuda y mojada?

Oops, yo sí la imaginé a ella. Mierda, se está poniendo duro.

Intenté tomar una sabana disimuladamente para cubrirme.

—No, ahora mismo tu presencia me molesta.

—¿Pero por qué estás tan enojada preciosa? Desde que te levantaste estás así.

Ella se giró sobre la silla, cruzándose de piernas, recargó su codo sobre ellas.

Dios. Llevaba su cabello amarrado en una media coleta, unos mechones de cabello caían debajo de esta.
Y una camisa azul de manga larga.

Con. Los. Primeros. 3. Botones. Abiertos.

¡No, no, no, quédate en tu maldito lugar! No es el momento. ¡Quédate quieto!

—¡Porque sabías quién era y no me dijiste nada!

—No era mi responsabilidad hacerlo, lo importante es que lo hizo. ¿¡No?!

—Merlina Addams. ¡Te enteraste, lo supiste, y lo único que te importó fue que no haya intimidado conmigo!

—¡Iba a decírtelo pero te enojaste ese día!

—¡Tuviste un millón de oportunidades para hacerlo! — rodó sus ojos llevando sus manos al aire en desesperación.

Su blusa se levantó revelando el sostén negro que llevaba debajo.

¡ADDAMSITO CÁLMATE! ¡No se supone que te excites con su enojo!

—A ver si entendí. Te enojaste con ella porque te confesó lo que ocultaba.

Abrió sus ojos de par en par dedicándome una mirada de obviedad, como si estuviera pensando "¿realmente necesitas que te lo explique?"

—¿Y ella no está enojada contigo? — pregunté curiosa, enarque una ceja.

—Yo no hice nada.

—¿Entonces estás mintiéndole? Wow, Enid, pensé que eras de las chicas que dice la verdad.

¡Enid ya duérmete! [G!P]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora