𝑰𝒏 𝑴𝒚 𝑯𝒆𝒂𝒓𝒕

𝑵𝒐 𝒎𝒆𝒓𝒆𝒛𝒄𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒎𝒆 𝒒𝒖𝒊𝒆𝒓𝒂𝒏

Hook no sabía qué pensar. Le había dicho que le quería... Pero él no debía corresponderla. No podía...
No podía romperle el corazón ahora, principalmente porque no lo soportaría y también porque Uliana se le echaría encima si arruinaba su plan a tan pocos día de que se tenga que realizar. Estaba entre la espada y la pared.

-no merezco que me quieran-susurra dejando una distancia considerable entre ellos.

-siempre te quejas de que no logro verme como tú me ves, pero ahora es mi turno de decirte que te veas como yo te veo.

-soy consciente de cómo me ves y eso es lo malo, que ves bondad donde no la hay.

-te he dicho que te quiero por algo, James-dice suavemente-no te pido que me lo digas de vuelta, ya me lo dijistes con tus propias palabras-recorre la distancia que el pirata ha dejado.

-Bridget, te mereces a alguien mejor.

-Hook, tú eres ese alguien -dice intentando agarrarle las manos.

-no estaría yo tan seguro-hace contacto visual con la chica.

-solo deja que te quiera -se acerca para darle un pequeño beso en los labios.

Era el cuarto debate interno que tenía en menos de una hora. ¿Por qué esta chica le hacía pensar tanto? Antes solo hacía lo que le diera la gana y en ningún momento se cuestionaba, pero ahora, se cuestionaba todo lo que pudiera hacer mal a la princesa que tenía delante. ¿En qué momento había ocurrido eso?

-por favor-y con esas dos palabras el autocontrol de Hook se fue por la borda.

-bien-acepta. Bridget le abraza con fuerza ante la afirmativa, Hook tuvo que agarrarla con fuerza para que no se cayera al suelo y él detrás.

-¿puedo hacerte una pregunta?

-sabes que eres la única con el derecho a hacerlas-le recuerda.

-¿puedo besarte? -la pregunta era tonta, cierto, pero quería asegurarse que después de un primer beso quería un segundo.

-nunca vuelvas a preguntar eso-esa respuesta hace que se le encoja el corazón-solo hazlo.

-me has asustado-le da un golpe flojo en el brazo.

Hook niega antes de agarrarla por las mejillas y unir sus labios con los suyos. Creo que había encontrado un nuevo sabor preferido.

-¿y bien? Cuál es la sorpresa que me tienes que enseñar-levanta una ceja interrogante-o solo era una broma para jugar con mi emoción-bromea.

-las sorpresas no se dicen-levanta las manos con inocencia-sin embargo no puedo mostrártela ahora, se ha hecho tarde y yo tengo que acudir a mi última clase-se lamenta-no obstante puedo mostrártela después, ¿te parece?

-todo lo que tú me propongas me parece bien-acepta.

-eres de lo que no hay-sonríe antes de despedirse con un corto beso en los labios-nos vemos después.