𝟙𝟚

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-Vamos al museoooo- tenía a Bill desde hace unos minutos tratando de convencerme de ir al museo mañana, era viernes y como casi todas las semanas venía al bar en donde yo trabajaba y estaba en la barra- habrá una exposición de mi pintor favorito- me hizo un puchero.
-Dalí- dijimos ambos al mismo tiempo.
-Andaaaale ¿si?- me hacía gestos tiernos y pucheros, bueno... supongo que ese es el precio que tengo que pagar por tener un novio tan hermoso como él ¿no? y que además le gusta todo eso.
-De acuerdo, pero si me ves bostezando ni te quejes- me sonrió y dio pequeños aplausos- ¿te irás ahora? O te iré a dejar...- eran las 11 de la noche, quedaba una hora para que mi turno terminara.
-Te espero-
-¿Cómo es que no te aburres de solo estar sentado ahí?- le pregunté.
-Es divertido ver cómo algunas chicas intentan coquetearte y cómo te intimidas si te veo fijamente más de 10 segundos- negué con una sonrisa y me mandó un beso.
-¿Quieres otro trago?- le pregunté después de fijarme que se había terminado su margarita.
-No, ya me tome tres de estas, suficiente- se levantó del taburete- iré al baño, no tardo- comencé a limpiar, lavar vasos, y todo lo necesario para terminar mi turno.

Justo cuando estaba terminando, mi precioso novio se acercó y rodeó mi cuello.

-¿Nos vamos?- le pregunté tomándolo de la cintura.
-Mmm Natalie me llamó y preguntó si... iríamos a su fiesta- lo había olvidado, era cumpleaños de la mejor amiga de Bill y había organizado una fiesta en su gran casa, de hecho mis amigos también estarían ahí.
-Oh, es verdad- rasque mi sien y Bill acaricio una de mis trenzas- ¿Quieres ir?- pregunté.
-Amor, es mi mejor amiga claro que quiero, pero igual si estás muy cansado, no vamos- a Bill le gustaba que saliéramos a todos lados juntos, a ambos se nos olvidaba su padre cuando estábamos juntos de lo más felices.
-Pues no estoy tan cansado, vamos- me sonrió y me dio un beso rápido.
-Tom, si quieres ya váyanse yo cierro- dijo Dany, mi compañero. Mire la hora y eran 11:50, le agradecí con una sonrisa y entonces salí de la mano con mi novio.

Nos subimos a mi camioneta y emprendí camino a la casa de Natalie, en el trayecto Bill se puso gloss y acomodaba sus rastas en una media coleta.

-¿Sabes que me gusta mucho como se te ven las rastas?- le dije de repente.
-Recuerdo cuando tú también las tenías, por eso te me hacías raro- ambos nos reímos, ya que empecé muy pequeño con mis rastas, no fue hasta hace casi un año que me las cambié por las trenzas africanas- pero siempre te has visto bien con lo que sea, eso es algo que tenemos en común también, nos vemos bien con lo que sea- solté una carcajada y el solo una risita juguetona.
-Eres precioso mi amor, de eso no hay duda- dije mirándolo de reojo, y después sentí sus labios en mi mejilla- ¿Podré besarte y abrazarte en la fiesta de Natalie?- durante unos cuantos segundos no dijo nada, pero después respondió decidido.
-Por su puesto, somos novios- sonó un poco nervioso pero aún así decidido.

Que bonito se escuchaba "somos novios", sonreí como imbecil, últimamente desde que estoy con Bill lo hago muy seguido.

Cuando llegamos al lugar, la música se escuchaba fuerte, había gente afuera y gente adentro; cuando nosotros entramos buscamos a Natalie, esta estaba con unas cuantas personas.

-¡Bill! ¡Tom! Si vinieron- primero abrazo a Bill y después a mi.
-Claro que si Nat, no podíamos faltar, feliz cumpleaños- dijo Bill en un tono alto.
-Tom, tus amigos deben de estar en el jardín, digo por si quieres ir a saludarlos- dijo Natalie también en un tono alto.
-Gracias Natalie y feliz cumpleaños- respondí de la misma manera.
-Gracias chicos, beban lo que quieran y diviértanse, si quieren coger les doy permiso de usar mi habitación- Bill se sonrojo, Natalie nos guiñó un ojo y se fue.

Después de tomar una cerveza cada quien, y eso porque Bill ya tenía tragos encima, fuimos a saludar a mis amigos, después se unieron Andy y Gustav.

-Es increíble verlos juntos- dijo Antony quien abrazaba a Sara.
-Si, siempre creímos que se odiaban en verdad- dijo Gustav, Bill me miró y sin vergüenza alguna me tomó del rostro y me dio un beso.
-Bueno, son cosas que pasan- dijo y todos no miraban como con ternura, no sé, realmente se veían felices por nosotros. Seguíamos charlando y riendo, era agradable convivir con los amigos de Bill, Andreas era muy torpe y decía muchas burradas, Gustav era más serio pero cuando quería hacerte reír, lo lograba sin problema.

𝐑𝐈𝐕𝐀𝐋𝐒 || (𝐭𝐨𝐥𝐥)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora