𝐑𝐈𝐕𝐀𝐋𝐒 || (𝐭𝐨𝐥𝐥)

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Gran parte de la mañana estuvimos de allá para acá, cuando fuimos a denunciar al padre de Bill, hubo un momento en donde se lo llevaron para tomar su declaración y le tomaron fotos de los golpes que tenía según lo que me contó. Su madre declaró infinidad de cosas, hasta yo me sorprendí, no solo era deshonesto y hasta corrupto, sino que tenía gente que lavaba dinero, les pagaba a los jueces en distintas ocasiones, amenazaba a las personas, mandaba a golpear al que siguiera intentando luchar por su justicia y mucho más. Anna tenía pruebas, y todo estaba en el despacho de John, así que por la tarde irían a su casa, claramente con una orden para poder entrar. Bill no paraba de llorar, se sentía mal, asqueado, de tanta injusticia que promovió su padre.

-Sigo sin creer todo lo que hizo ese hombre- dijo Bill mientras miraba a través de la ventana, mi madre y Emma se habían ido a casa, Anna iba con nosotros e íbamos escoltados por las patrullas, el agente encargado de atendernos fue demasiado amable, accesible, agilizó todo y nos prometió su apoyo incondicional, por fin John pagaría por todo lo que había hecho.
-Estaremos bien ¿de acuerdo?- su madre le tocó el hombro desde atrás, Bill se giró y le medio sonrió.
-No entiendo cómo es que aguantaste tantos años a su lado mamá- se escuchó un suspiro de parte de Anna.
-Por miedo, por el poder que tenía o tiene... solo espero que se pudra en la cárcel- dijo como con rabia, con enojo y no era para menos.
-Lo hará- dijo Bill.

Llegamos a su casa, ahí estaba la camioneta de su padre y la luz de la sala se veía encendida desde afuera. En resumen, cuando tocaron al timbre, Bill y yo nos quedamos apartados, cerca de mi camioneta, Anna se acercó con los policías y el agente. John le gritó cuando vio la escena, después entraron, y desde afuera se escuchaba lo que decía, que él tenía poder, que más tardarían en llevarlo que en sacarlo.

-No sé cómo sentirme- dijo de repente Bill, lo jale hacia mí y lo abracé.
-Estaremos bien mi amor, por fin tendrá su merecido- bese su mejilla y me miró a los ojos.
-¿Y si logra salir de esto? Nos querrá matar ahora si Tom- dijo con una preocupación evidente, lo tome del rostro y lo mire unos segundos antes de hablar.
-Eso no va a pasar, con todas esas pruebas ni su dinero lo ayudará- bese su frente y después se aferro a mi, unos momentos después vi a las espaldas de Bill como sacaban a John esposado, traía una cara de superioridad, se burlaba, que asco de persona. Bill se separó de mí y se giró cuando escuchó la voz de su padre.
-Me das asco- dijo John- eres un maldito marica- entonces de un empujón lo metieron a la patrulla. Bill no bajó la mirada en ningún momento, al contrario, se mantuvo fuerte y recto ante ese ser despreciable.
Su madre salió e intercambió unas cuantas palabras con el agente, este nos hizo un gesto con la cabeza en modo de despedida y se fue.

-¿Estás bien?- se acercó Anna a Bill.
-Si ¿y tú?- Anna no dijo nada, tan solo se soltó a llorar, Bill la abrazó y yo les di su espacio alejándome un poco- estaremos bien mamá... estaremos bien- le decía Bill mientras frotaba su espalda.
Yo los miraba y por mi mente pasaba ¿qué tanto sufrimiento tuvieron que aguantar? Demasiado, mucho. Anna estaba prácticamente rota por dentro, Bill luchaba contra eso todos los días, y aún así jamás se dejaron caer, admiraba el valor que tenían ambos ahora para enfrentar a John.

Los días pasaron y se le haría un juicio a John, muchas personas más salieron a levantar denuncias en su contra, fue increíble enterarse de las asquerosidades que hacía, lejos de ser un mal abogado, porque lo era, estuvo implicado en un intento de violacion y acoso laboral. Bill solo quiso ir dos veces a la corte, cuando pasaba a declarar, su padre no se cansaba de echarle miradas de odio y de decirle cuánto lo odiaba y lo detestaba, ya no quiso seguir viéndolo más, así que no aceptó ir más.

Y bueno las cosas entre él y yo, iban mejor que nunca, en la universidad era bien sabido que él y yo éramos novios, muchas lo odian por eso, Siena se "decepcionó" de mí pero sinceramente era cosa que me valía tres pepinos. A muchos les sorprendió ya que también era bien sabido que nunca nos habíamos llevado bien. Los docentes fueron respetuosos, todos, y simplemente nos trataron como siempre, nadie cambió su actitud con nosotros.
Me sentía feliz, era feliz con él, amaba ser el novio de Bill Kaulitz.