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-Amigo, por fin llegas- Georg y Max se acercaron a mi, apenas llegaba a la fiesta de Sara, estaba agotado pero quería divertirme un rato, desgraciadamente al otro día tenía que reunirme con Bill en la universidad.
-¿Y Antony?- pregunté mientras les recibía una cerveza.
-Follando- me reí y me lleve la cerveza a la boca.

Claramente ahí estaba Bill, sentía sus miradas de odio, y claro que se las regresaba, Georg se dio cuenta y comenzó con sus conspiraciones.

-Insisto Tom, ese cabron siente algo por ti- mire a mi amigo y suspire.
-Si, odio- Georg suspiró frustrado y comenzamos a charlar.

Al otro día tenía algo de resaca, cuando llegué ahí ya estaba Bill, con unas gafas negras y un gorro de lana. Mire la hora y eran las 10:55, justo a tiempo.

-¿Aún no llega el director?- que conste que le pregunté amablemente.
-¿Lo ves por aquí?- me respondió sin mirarme, ya que tenía la mirada gacha en el teléfono.
-Que genio...- dije bajito.
-No me hables, que esto es tu culpa- su voz sonó molesta.
-De acuerdo, escucha...- tome aire y seguí- estaremos casi 5 fines de semana viniendo aquí y conviviendo ¿podríamos al menos llevar las cosas en paz?- bajo sus gafas y me miró con una ceja alzada.
-¿Sigues ebrio?- alcancé a ver qué traía un parche en el puente de su nariz.
-Bill... es en serio- levantó sus cejas, ya que casi nunca lo llamaba por su nombre.
-¿Dónde están las cámaras?- se cruzó de brazos y lo miré sin entender- No estoy para bromas Trümper, tú y yo jamás podríamos llevarnos bien- así que le hice una pregunta que ni siquiera yo sabría cómo responder.
-¿Por qué?- ahora yo me cruce de brazos.
-Pues... pues, porque no y ya- esa hubiera sido mi respuesta también.
-No te estoy pidiendo que seamos amigos, simplemente que llevemos las cosas en paz y evitarnos otro castigo- vi que jugaba con sus dedos y movía una pierna insistentemente.
-No, y déjame en paz- se alejó de mí y prendió un cigarro, mire la hora y ya eran las 11 ¿y el director?

Pasaron 10 minutos y llegó, que impuntual.

-Disculpen chicos, se me hizo tarde- llegó casi corriendo, abrió las puertas de la universidad y entramos- vendré a las 4:30, nos vemos- no dijo más, salió y cerró por afuera, fantástico.

Ambos caminamos en silencio hacia la conserjería, tomamos lo que usaríamos y nos fuimos primero a la cafetería. Bill limpiaba las mesas y yo barría.

-Tengo una idea- dije, pero no me respondió- podríamos hacer la cafetería y el área de gimnasia hoy y mañana los pasillos, y no sé, realizar la misma dinámica el tiempo que haremos esto- se detuvo y golpeó la mesa con la uña de su dedo índice.
-Vaya, si piensas- rodeé los ojos y siguió limpiando- está bien, es buena idea- pasó una media hora más y estuvimos en silencio limpiando.

Cuando terminamos la cafetería, nos fuimos al área de gimnasia.

-No entiendo porque los que hacen gimnasia no recogen las colchonetas- dijo Bill pateando una que se encontraba cerca.
-Terminan cansados, es obvio que lo que menos quieren hacer es eso Bill- me miró de inmediato y frunció su ceño.
-Como sea- se giró y se fue hacia unas bancas que estaban ahí a sentarse.
-No estás pensando que yo levante esto solo ¿no?- se quitó por fin esa gafas que traía y no llevaba maquillaje- lindo parche- me burle.
-Ahhh cállate estúpido- sacó un cigarrillo y lo encendió el sin vergüenza.
-Como sea, no pienso levantar todo esto yo solo- me cruce de brazos y lo miré fijamente, Bill tenía ademanes femeninos, desde como agarraba el cigarro, y hasta como se sentaba. ¿Por qué estaba analizando a Bill Kaulitz?
-Como molestas- apagó su cigarro y se levantó de mala manera.

La ropa que traía puesta, más bien el como se veía hoy lo hacía ver como alguien agradable, alguien sencillo; nada de maquillaje, una sudadera gris cerrada, unos leggins deportivos, tenis deportivos y su gorro de lana, no sé, se veía... diferente.

𝐑𝐈𝐕𝐀𝐋𝐒 || (𝐭𝐨𝐥𝐥)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora