𝐑𝐈𝐕𝐀𝐋𝐒 || (𝐭𝐨𝐥𝐥)

𝟙𝟟

-¿Estás seguro?- estaba encima de Bill, pero me detuve a preguntarle, me daba miedo lastimarlo.
-Si... lo anhelo tanto como tú- nos miramos a los ojos, el deseo era tan notorio entre ambos que ya no paré, seguí y seguí.
Nuestras erecciones eran notorias, los jadeos de Bill era música para mis oídos en este momento, lo había extrañado, mucho. Bese cada parte de su rostro, acaricie cada parte de su cuerpo, con tanta delicadeza, sentía como su piel se erizaba y sus jadeos comenzaban a ser gemidos. Me quité mi camiseta de mi pijama y él se quitó la que traía puesta, vi el golpe que tenía y me dio mucha rabia, me quedé mirando unos segundos y claro que se dio cuenta.

-¿Te... te da asco?- me preguntó con cierta tristeza y timidez, pero qué estúpido que es.
-¿Qué? ¿Cómo crees? Jamás digas eso... es solo que, me da rabia, mucha impotencia- lo mire a los ojos y lo único que hizo fue rodear mi cuello y jalarme hacia él, creando un abrazo.
-No pienses en eso...- me susurro, bese su cuello y después fui bajando, con mucho cuidado claro. Bajé el pants que le presté y quedó frente a mi semidesnudo, jamás me cansaría de verlo, de tocarlo, de sentirlo, nunca me cansaría de Bill, y si pudiera lo habría metido en una cajita de cristal desde un principio, así absolutamente nadie lo dañaría, incluso yo.

A estas alturas no tenía duda de lo que realmente sentía por el, quería siempre estar con él, quería que siempre fuera feliz a mi lado, ya no encontraba palabras para describir lo que Bill era para mí, me lo comería sinceramente, bueno no, sino ya no tendría más Bill para mi.

-Con cuidado... duele- señaló su abdomen, ya me había quitado todo, al igual que a él le quité la última prenda que le quedaba, sus bóxers.
-Descuida, ya lo sé- le dije sonriendo, empecé a empujar poco a poco mi miembro en su entrada, aferro sus uñas en mis hombros y cerró sus ojos, cuando por fin entré dejamos salir un gran gemido, que callamos en seguida, nuestras madres y Emma estaban en casa. Lo sentí muy estrecho pero me sentí demasiado bien, había pasado mucho desde la última vez que estuvimos juntos. Comencé a moverme y vi como se mordía su labio para no hacer ruido, me acerqué a su boca y lo bese, que bien se sentía estar dentro de él nuevamente, lo amaba.
-Extrañé esto...- dijo contra mis labios y agitado, le sonreí y lo bese de nuevo. Bajé mi mano y comencé a masturbarlo para ayudarlo a llegar a su orgasmo, anhelaba escucharlo pero por obvias razones teníamos que ser discretos- oh Tom...- sentí sus perfectas uñas en mi espalda y aumenté mis movimientos, sabía cómo le gustaba, además de que sus gestos me lo comprobaban- no pares...- me arriesgué un poco al moverme más rápido y profundo.
-Mierda...- dije entre jadeos, sentía mi orgasmo llegar, entonces también aceleré mi movimiento en su miembro.
-No pares, no pares... mierda- ambos llegamos al orgasmo juntos, cuando eso pasó, pegué mis labios con los suyos para callar nuestros gemidos de placer y satisfacción. Aún sin salir de él, pegué mi frente con la suya, nuestras respiraciones estaban agitadas y una capa de sudor en nuestras pieles- te extrañé tanto...- dijo mientras tenía sus ojos cerrados, con mi mano derecha aparté unos cabellos de su frente y lo miré detalladamente, sentí un pinchazo de dolor al ver su linda carita golpeada.
-Yo también te extrañé bicho...- sonrió y le di un beso corto, me quité de encima de él y me levanté para buscar nuestra ropa interior y ponérnosla, más bien yo me puse la mía y a él le puse la suya.
-Gracias...- dijo, me acosté a su lado y lo jale hacia a mi, bese su cabeza y y suspiró.
-Te amo Bill- no tardo ni 5 segundos en responderme.
-Yo aún más- su voz sonó somnolienta, así que me acomodé un poco, para no lastimarlo y quedamos bien acurrucados, se quedó dormido, me di cuenta porque su respiración era tranquila y lenta, así que cerré mis ojos y también me quedé dormido.

Al siguiente día, mi despertador sonó y lo apagué, Bill se removió soltando un pequeño quejido, decidí dejarlo dormir, no iríamos a la escuela. Estuve un buen rato mirándolo dormir, hasta que el ruido de mi puerta siendo golpeada me distrajo, con cuidado me levanté sin despertarlo, tome mi pijama del suelo y me vestí.