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-Eres un idiota Tom, cada día te soporto menos- un insulto más y juro que lo golpeo.
-¿Pues qué crees? estamos igual, deja de quejarte y apúrate- dos semanas después de nuestro primer fin de semana con el castigo, el grandísimo estúpido de Bill Kaulitz, de nuevo, provocó que nos castigaran, nos alargaron el castigo, y ahora no solo vendríamos los fines de semana, sino que también lunes y martes teníamos que quedarnos después de clase a limpiar los baños ¿grandioso no? Como él no tiene responsabilidades... ahora tenía que pagarle más a la niñera de Emma.

Esta vez nos pasamos un poco, creo, estábamos teniendo una dinámica en el campus, que requería pinturas líquidas ¿adivinen qué pasó? Si...
Y es que no solo él y yo terminamos manchados de pintura, sino que nuestro profesor también, pero fue culpa de Bill, "por accidente" arruinó mi trabajo, simplemente me desquité salpicándole con mi pincel lleno de pintura azul, empezó una guerra entre los dos, incluso tomando las pinturas de los demás, oh y también se dio un buen golpe cuando resbaló y cayó de pura boca, me cagué de risa la verdad.
Siendo sincero, me estaba cansando la actitud de Bill, ya éramos mayorcitos para estas bobadas.

-¡Que asco!- me empecé a cagar de risa cuando el muy bobo, se salpicó agua del retrete ¿cómo pasó? No sé, pero pasó y me reí- deja de reírte animal- dijo como siempre de mala manera.
-Eres taaaan tonto- estábamos por terminar de lavar los baños, gracias al cielo, es que un minuto más con ese loco y también me volvería loco.
-Cállate infeliz- se levantó y se dirigió al lavamanos y se quitó los guantes, comenzó a lavarse las manos y yo terminé, por fin.

Gracias al cielo ya habíamos terminado con los baños. Mire la hora y eran las 5 de la tarde.

-¿Tanta prisa?- dijo Bill de repente cuando vio que comencé a recoger todo lo que yo había utilizado, de manera rápida.
-¿Te importa?- sin dejar de hacer lo que hacía le respondí.
-No, la verdad no- entonces él también empezó a recoger. Unos momentos después nos fuimos a dejar todo a conserjería.

En estos casos, no esperábamos al director, ya que el portero seguía ahí, hasta las 6. Así que solo salimos de la universidad.

-¡Tomi!- mi hermanita se acercó corriendo a mi- por fin llegas- la tome en brazos y bese su mejilla.
-¿Cómo estás eh?- me acerque a Jessy quien tomaba su bolso.
-Bien, Jessy dijo que dos días en la semana llegarás tarde- baje a mi hermanita y mire a Jessy.
-Si, es verdad, pero solo serán poquitas horas ¿de acuerdo?- mi hermanita asintió y se fue corriendo escaleras arriba.
-Muchas gracias Jessy, en verdad gracias por cuidar a Emma, prometo que serán unas semanas, no será siempre- estaba apenado la verdad, pero es que no era mi culpa, no del todo.
-Descuida Tom, ya sabes que me encanta cuidar de Emma, es un sol esa pequeña- sonreí y bajé la mirada- por cierto, su insulina se está terminando- suspire y solo asentí.
-Si Jessy, gracias por decirme, le diré a mi madre- me sonrió y se despidió de mí para irse.

Hoy me había surgido una duda ¿por qué Bill siempre está a la defensiva conmigo? ¿Y si Georg tiene razón? Tendría lógica, digo, lo que Sara le contó a Antony me dejó pensando, pero ¿por qué estoy pensando en eso? A mí no me interesa Bill en lo absoluto, entre más lejos lo tenga mejor; pero la verdadera pregunta es ¿por qué ni siquiera intentamos ser amigos? Odio ponerme pensativo después de cenar y ducharme.

-Tom, me hablaron de la universidad- uy.
-¿Ah si? ¿Y qué te dijeron?- me hice el desentendido.
-Que estás castigado ¿por qué no me lo habías dicho?- mi madre sonó un poco molesta.
-¿Por qué te hablan de la universidad como si fuera un pequeño?- intenté desviar su pregunta.
-Porque tienes una beca Tom- verdad- te dije que no te metieras en problemas y es lo primero que haces y para variar con Bill Kaulitz- había evitado decirle a mi madre sobre mi castigo y de hecho me había funcionado decirle que los fines de semana salía con una chica...
-Encima de todo me mientes, y ahora tienes un castigo más ¿tan mal te cae Bill Kaulitz?- buena pregunta... ¿qué cosas digo? Obvio si.
-Si- respondí.
-Nunca entendí porque se llevan tan mal, su madre y yo siempre fuimos buenas amigas- rodeé mis ojos y comí de mi huevito con tocino que había preparado mi mamá para el desayuno.
-Ustedes, nosotros no- mi madre suspiró rendida y se puso de pie.
-Emma ve a cepillarte los dientes, es hora de irnos- mi hermanita asintió y se levantó- Tom, por favor evita más problemas, no te puedes dar el lujo de perder esa beca y lo sabes- ver a mi madre así de preocupada me hacía sentir mal, tenía razón, no podía darme el lujo de.
-Esta bien, y perdón, solo no quería que te preocuparas por eso- se acercó a mí y beso mi cabeza.
-Te veo al rato, que tengas buen día- acaricio mi mejilla y le di media sonrisa.
-Tu también- me sonrió y salió de la cocina-te amo- dije en voz alta para que alcanzara a escucharme.
-Yo también... ¡Emma!- escuché que llamaba a mi hermana.
-¡Ya voy, solo me despediré de Tomi!- entró a la cocina y yo me gire en mi silla para quedar frente a ella- adiós Tomi- me agaché y beso mi mejilla, le di un abrazo y salió corriendo haciendo que su mochila se balanceara y sus dos coletitas también, sonreí ante eso y después me apure, como siempre a mi me tocaba lavar los platos.

𝐑𝐈𝐕𝐀𝐋𝐒 || (𝐭𝐨𝐥𝐥)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora