𝔼𝕡í𝕝𝕠𝕘𝕠.

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8 años después.

8 años... 8 años en los que cada día amo más y más a Bill Kaulitz. Ambos cambiamos mucho, e incluso vivimos juntos, casados, con dos perritos, un perico y un pez...
Si un perico... Bill lo vio, le gustó y de pronto llegó con él, lo mismo con el pez. Ama los animales y yo amo que sea feliz.

Ahora él tiene el cabello corto, y negro, fue rubio un buen tiempo pero regreso al negro, ahora se deja la barba y se hizo 3 perforaciones más, en la nariz y en su labio inferior, se hizo más tatuajes y simplemente yo lo veo más guapo cada día, se haga o se deshaga. Yo también me dejo la barba y tengo el cabello un poco largo, pero siempre lo traigo amarrado en un moño.
Simplemente crecimos y somos adultos, dejamos de hacer muchas cosas y también cambiamos muchas cosas.
Mi pequeña Emma ahora tenía 15 años, se puso guapísima, he tenido que lidiar con mis celos de hermano mayor sinceramente.
Apenas teníamos un año de casados Bill y yo y podría decir que lo disfruto demasiado, siempre recordamos cuando nos llevábamos mal y terminamos riendo.
Ahora yo trabajaba siendo maestro de psicología y tenía un consultorio en donde me visitaban algunos pacientes, era difícil y agotador pero me gustaba ayudar a la gente.
Bill se especializó más con los niños, así que era psicólogo en una secundaria, también recibía pacientitos en mi consultorio, más bien nuestro, también daba unas cuantas clases de arte, recordemos que a él le encanta.
Podría decir que estábamos bien, teníamos la vida que queríamos y lo disfrutábamos.

-Profe profe- Jonas, mi alumno más complicado.
-Dime- por hoy las clases habían terminado, estábamos en exámenes y a cada momento mis alumnos me pedían trabajos extras.
-¿Cree que pueda realizar una guía? Ya sabe, para saber más o menos qué vendrá en el examen- levanté una ceja y lo miré.
-Si la hago para ti, tendría que darle una a todos, así que no, ya les dije de dónde a donde estudiar Jonas, mejor vete a casa y estudia, que mucha falta te hace- le toque el hombro y me fui, yo no tenía alumnos preferidos ni consentidos, a todos los trataba por igual.

Me fui al estacionamiento, en el trayecto uno que otro alumno me saludaba, sentía como las alumnas me comían con la mirada, pero era bien sabido que yo era casado y con el hombre más guapo del universo; Bill Kaulitz.

-¡Profesor!- Mia... esa alumna, dios, me estaba cansando, era descarada y se me insinuaba sin pudor. Suspire, dejé los libros que traía en mis manos en el asiento del copiloto y cerré mi auto para girarme hacia ella.
-Hola Mia- dije con algo de fastidio.
-¿Ya se va?- preguntó cuando estuvo frente a mí, me llegaba a la barbilla, era pelinegra, de ojos verdes y pecas en el rostro, muy bonita, pero nunca me fijaría en ella, no cuando mi esposo es más guapo, más lindo, más sexi, más todo...
-Si ¿necesitas algo?- me sonrió y pasó su dedo índice en mi brazo derecho, esta vez me había puesto una camisa gris, fajada, claro, y desabotonada de los tres primeros botones, las mangas me las subí hasta los codos y unos jeans azules con mis botas cafés, a veces Bill me obligaba a usar alguna camisa, como por ejemplo, hoy.
-Bueno... pensaba que, podría darme una ¿sesión? Me he sentido algo... mal y, bueno no sé... tengo entendido que también da consultas- mire su mano como acariciaba con su dedo índice mi brazo y la aparte sutilmente.
-¿Mal? ¿en qué sentido?- me crucé de brazos y ella mordió su labio inferior.
-Seré directa, en realidad no quiero ninguna consulta, te quiero a ti...- negué con la cabeza y me reí.
-Mia, estoy casado ¿si sabes, no? Amo a mi esposo, así que te pido que dejes de insinuarte... o no, ya se, es hora de que se entere el director, han sido varias veces que lo haces y me incomodas, no eres buena alumna ni tampoco eres de mi agrado, es la última vez que te acercas de esta manera a mi, también me veré en la penosa necesidad de pedir tu cambio a otro grupo, que tengas buena tarde- se quedó roja de coraje o vergüenza, yo que sé, simplemente me fui.
Así ha sido y sería siempre, darle su lugar a mi Bill, en donde fuera y con quien fuera.

Llegue a casa y vi el auto de Bill, ya estaba en casa, él salía a las dos y yo a las 3:30, me bajé y entré siendo recibido por nuestros perritos.

-¡Estoy en casa!- anuncie, me agaché y saludé a nuestros perr-hijos.
-Hola amor- Bill salió hacia el jardín con los platitos de comida para nuestros perros, los llamo y estos fueron corriendo, me acerqué y lo abracé por atrás besando su mejilla- ¿Cómo te fue?- se giró y besó mis labios.
-Bien, todo en orden ¿y a ti?- me sonrió y se separó de mí, lo seguí hasta la cocina.
-Estupendo, Charly está mejorando- Charly era un alumno que tomaba sesiones con Bill en el colegio donde el trabajaba, era un niño difícil y muy inquieto, pero inteligente.
-Que bueno, me alegra saberlo- me senté en un taburete de la barra y recargue mis brazos ahí.
-¿Qué tienes?- se recargó en la encimera mirándome.
-Mia, otra vez- rodó los ojos y se giró para servir la comida.
-¿De nuevo te molestó?- vi que había cocinado algunos filetes y los acompaño con una ensalada de verduras, cuando estuvo servido los paso al comedor- ven, siéntate- le obedecí pero antes me lave las manos igual que él.
-Si, ya me harto, mañana le diré al director- dije cuando me senté.
-¿Coca cola o cerveza?- dijo agachado en el refrigerador.
-Cerveza- sacó una Coca-Cola y una cerveza y se sentó.
-Es lo mejor amor, pero creo que debiste decirle desde un principio- empezamos a comer.
-Pues si, pero no pensé que seguiría insistiendo-
-Tom, era obvio, entre más la rechazarás más se aferraría- vi cómo cortaba su filete y hacía los mismos movimientos e incluso masticaba de la misma manera que hace años- ¿Qué? ¿No está bueno?- preguntó con preocupación al ver que deje de comer y solo lo miraba.
-Está riquísimo mi vida, solo estaba notando que tienes los mismos ademanes de hace años- me sonrió y siguió comiendo. El tema de Mia pasó a segundo plano, sabía que a Bill le molestaba, obviamente.

Terminamos de comer y recogimos la mesa, como siempre, como la pareja de casados que éramos.
-¿Tenemos consultas hoy?- pregunté mientras me secaba las manos, habíamos terminado.
-Nop, ninguna, tenemos la tarde libre- sonreí, lo tome de la cintura y lo acerqué a mi.
-Se me ocurre que tengamos sexo desenfrenado- Bill soltó una carcajada.
-Me parece la idea- comenzó a desabotonar mi camisa y metió sus manos debajo de ella- estás tan bueno...- dijo en mis labios y después me beso.
Lo tome de las piernas y lo cargue, lo lleve a nuestra habitación y ahí comencé a desnudarlo, Bill me fascinaba, no tenía palabras para explicarlo.
Una vez que estuvimos desnudos, y acostados el sobre la cama y yo encima de él, lo estimule y lubrique antes de penetrarlo, entre poco a poco, sintiendo su interior y sintiéndome suyo, sintiéndolo mío, una vez más. Disfrutaba escuchar sus gemidos, que gritara mi nombre y me pidiera más y más.
Cuando llegamos al orgasmo caímos rendidos, levanté las sábanas y nos cobije.

-Te amo ¿sabes?- dijo sobre mi pecho.
-Yo también te amo- bese su cabeza y lo abracé más fuerte.
-Gracias- dijo de repente.
-¿Por qué?- pregunté mientras acariciaba su brazo.
-Por todo, por estar conmigo, por amarme, por hacerme feliz, gracias por elegirme Tom, eres el amor de mi vida- sonreí como un bobo, sentí muy bonito. Mire su mano sobre mi abdomen y mire sus anillos de compromiso y matrimonio, tome su mano y la bese.
-Gracias a ti mi vida, me enseñaste lo bonito que es el amor y a amarte, a respetarte y cuidarte, gracias a ti por estar conmigo y aceptarme, te amo, eres el amor de mi vida, en esta y otras más- sentí mi pecho mojado, levanté su rostro y vi que lloraba- no llores mi amor- dije entre risas y lo abracé haciendo que escondiera su rostro en mi cuello.
-Es que me da sentimiento y siento tan lindo que estemos aquí, casados, en nuestra casa viviendo nuestro amor y matrimonio de lo más bonito- me dio la cara y lo llene de besos.
-Te amo bicho- acaricie su mejilla y limpié sus lágrimas.
-Yo más a ti, bicho- me abrazó y así estuvimos un bueno rato.

¿Me arrepentiría de mi historia con él? Jamás.
Sentía que él y yo ya estábamos destinados para estar juntos, nos complementamos totalmente en cuerpo y alma.
Amaba mi vida de casado con él, no podía sentirme más feliz y completo.

Simplemente quería para toda la vida a mi rival come crayones...

A mi Bill.

F I N

𝐑𝐈𝐕𝐀𝐋𝐒 || (𝐭𝐨𝐥𝐥)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora