CAPÍTULO 4

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AMBER  

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AMBER  

"El destino es el que baraja las cartas, pero nosotros somos los que jugamos" - William Shakespeare

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El concierto fue un absoluto éxito y fue la presentación más grande que habíamos hechos; las luces, la música, el baile, los gritos de la multitud, todo fue increíble, tan perfecto que parecía un sueño hecho realidad.

-        Tu príncipe te está buscando – dijo Raquel viniendo hacia mí y eso me dejó pasmada

Toda mi emoción, toda mi alegría se esfumó en un segundo y el miedo volvió a inundarme el cuerpo; ¿Por qué tenía que estar aquí? ¿Por qué no podía dejarme vivir este momento en paz? ¿Por qué las cosas tenían que ser así?

-        Hola, preciosa – dijo Troy acercándose; me tomó con fuerza por la cintura y me besó con brusquedad haciéndome daño

-        Hola... - murmuré obligándome a sonreír

-        Los chicos y yo vinimos a celebrar tu gran día

-        Qué bien... - dije intentando mantener la calma

-        Además, te extrañaba mucho – susurró en mi oído y eso me erizó la piel – Que bonito, ¿es nuevo? – preguntó tocando mi collar y ni siquiera quise responder

Estaba usando el collar que me había obsequiado mi madre hace muchos años; era de las pocas cosas que conservaba de ella y Troy lo sabía, o al menos debería saberlo porque cuando comenzamos a salir, se lo dije, pero al parecer nada sobre mí le interesaba ni un poco.

-        Eres tan hermosa – dijo apretando su agarre en mi cintura y eso me causó más dolor

No quería tenerlo cerca, no quería que me tocara ni que me besara; sentía asco y una repulsión indescriptible hacía él, pero sobre todas las cosas, no soportaría que me forzara a tener sexo otra vez; no iba a poder soportar que siguiera usándome de esa manera, pero tampoco sabía que hacer para evitarlo.

-        Tenemos mesas reservadas en Mixology South – añadió Riley, el mejor amigo de Troy y me limite a asentir

-        ¡Vamos! ¡No hay tiempo que perder! – gritó Troy y sin permitirme replicar, tiró de mi brazo llevándome con él y con sus amigos

-        Necesito cambiarme – dije con nervios y Troy sonrío

-        Tengo tus cosas en el auto, así que vamos

En realidad, hubiera dado todo por quedarme con Raquel y el equipo a celebrar el concierto; hubiera preferido una copa de vino en algún bonito lugar, pero nadie nunca le decía que no al gran Troy Clement.

Los chicos se marcharon en otro de los autos mientras yo iba junto a Troy; no quería discutir, así que simplemente tomé las cosas que él había elegido y comencé a vestirme en la parte trasera del auto; la verdad es que la ropa que había escogido no me gustaba; el vestido era demasiado pegado y corto, los tacones demasiado altos, ni siquiera tenía alguna chaqueta o abrigo, pero lo que terminó por hacerme rechinar los dientes fue lo siguiente que encontré.

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