CAPÍTULO 5

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AMBER  

"Casi todas las personas viven la vida en una silenciosa desesperación" - Henry David Thoreau

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Me sentía frustrada y no entendía la razón; habían pasado días desde el concierto; días que llevaba oculta en el estudio de música de la agencia, ocultándome lo más posible de Troy que gracias al cielo había estado ocupado con los entrenamientos y con los chicos del equipo que después de lo que sucedió aquella noche en el club, parecían haber abierto los ojos, al menos un poco y estaban ayudándome a mantenerlo ocupado.

Ese día había sido un punto de inflexión para todos y aunque ninguno de los chicos del equipo se había atrevido a preguntarme que pasaba entre Troy y yo, al menos ya no creían que teníamos una relación perfecta de cuento de hadas y eso ya era un avance; por otro lado, ese día me había quitado más de lo que pensé porque cuando llegué a casa, noté que el collar de mi madre ya no estaba y ahora me lamentaba haberlo usado ese día, porque ese recuerdo de ella se había perdido para siempre y ese dolor me lastimaba profundamente el corazón.

Estos días había intentado de todo para escribir una canción, pero como nunca me sucedió antes; estaba simplemente en blanco; no conseguía componer ni una sola melodía que tuviera sentido para mí y todas las letras que había escrito no me convencían; solo había conseguido escribir la primera línea y el título de una canción que estaba segura que se encontraba en mi interior, solo que no tenía ni idea de cómo hacerla salir.

Las palabras daban vueltas en mi cabeza y los sentimientos los tenía a flor de piel, pero mi cerebro no conseguía hacer la conexión y nada de lo que escribía me parecía correcto; había algo en mi cabeza que me estaba enloqueciendo y cada vez que cerraba los ojos, ahí se aparecía él.

She says she is obsessed

Her obsession with that love is insane

Lost in those eyes the color of the sky

She closes her eyes to dream

Dreaming of seeing him again

Volví a releer lo que había escrito y bufé con cansancio, acostándome en el suelo; en verdad que estaba por volverme loca; ¿Por qué no podía sacarlo de mi mente? ¿Por qué cada vez que cerraba los ojos, lo veía a él? ¿Por qué no podía dejar de pensar en ese par de ojos que me habían atrapado?

Releo las líneas una y otra vez con frustración; realmente estaba a punto de romper todo en pedazos y sin poder contenerlo más, un gimoteo desesperado escapó de mis labios; nada me convencía, nada parecía perfecto o mínimamente correcto; me sentía bloqueada y estaba a punto de una crisis nerviosa.

Cantar siempre fue mi forma más pura de comunicación; siempre fue mi forma de gritar lo que no sabía decir con palabras, pero ahora ni siquiera mi música parecía tener la respuesta a los sentimientos que estaba experimentando en este momento y sin mi música, no tenía nada más a lo que aferrarme.

Cuando comencé a componer, era solo una niña que adoraba la música; mi madre siempre impulsó ese sueño y me apoyó durante un largo tiempo, aunque mi padre jamás estuvo de acuerdo con esa pasión; él era un hombre muy autoritario, muy severo y fuerte; en casa su palabra era la ley y mi madre daba su vida por complacerlo, pero no podía recordar si era amable con ella o conmigo.

Mi padre solía mantenerse en silencio y cuando se enojaba, comenzaba a gritar, pero siempre me pareció algo normal o al menos era normal en mi familia; mi madre solía decir que era un hombre difícil, sin embargo, otros lo llamaron abusivo, aunque yo nunca lo llamé así; ¿Cómo llamarlo abuso si nunca nos puso la mano encima? Él nunca nos golpeó, no nos negó la comida ni el agua; nunca hizo ninguna de esas cosas horribles que un padre podría hacerle a un hijo y nunca maltrato a mi madre o al menos ella nunca lo mostró así; mi padre era un hombre severo, pero nunca me lastimó o eso es lo que creía.

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