CAPÍTULO 13

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NATHAN

"El verdadero amor no es otra cosa que el deseo inevitable de ayudar al otro para que sea quien es" - Jorge Bucay

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Sentía rabia e impotencia; lo que había presenciado consiguió llevarme al límite y solo me mantuve en control porque justo ahora lo que menos necesitaba Amber era verme estallar, pero, aun así; tener a ese maldito ser frente a mí y ver con mis propios ojos como se atrevía a levantar la mano contra Amber, sin duda había sido uno de los momentos más difíciles de mi vida.

Ese tipo ni siquiera merecía llamarse un hombre, porque un hombre jamás actuaría así; un hombre nunca se atrevería a golpear a una mujer indefensa y ver cómo Amber temblaba al tenerlo cerca; verla cerrar los ojos esperando recibir el golpe, fracturó algo dentro de mí y tuve ganas de destrozarlo por todo el daño que le había causado, pero cuando la escuché preguntarle a los demás, si sabían lo que él le estaba haciendo y ellos no respondieron, algo terminó de romperse dentro de Amber y pude ver justo cuando pasaba; noté la claridad en sus ojos cuando se dio cuenta que ellos siempre habían sabido el daño que ese despojo humano le había hecho y sus lágrimas; la forma en que comenzó a llorar, me rompió el corazón.

Su dolor se sentía como un cuchillo atravesando mi piel y por más que intenté mantener la calma, poco a poco estaba perdiendo el control, así que cuando llegamos al edificio y la dejé en el auto para subir por mis cosas, simplemente dejé que parte de mi ira se fuera y solo me tranquilicé cuando centré mi atención en los objetivos que quedaban por delante.

Tenía que sacar a Amber de este lugar y no solo me refería al edificio; teníamos que irnos de esta ciudad en este momento; la quería lo más lejos posible de todo lo que le recordara el infierno por el que había pasado, así que no dude y llamé a Katherine, quien sabía que podía conseguirme un avión privado para volar directamente a San Francisco con toda la privacidad que necesitábamos y ella no me falló, por lo que en cuanto llegamos al aeropuerto, ya nos estaban esperando y simplemente me limite a tomar la mano de Amber y llevarla hasta el interior del avión mientras alguien más se encargaba de las maletas, pero aun cuando pude sentir como poco a poco iba quedándose dormida a mi lado, aun así no podía estar completamente tranquilo.

Sentía un peso dentro de mi cuerpo; me sentía impotente y furioso; ¿Cómo pudieron quedarse ahí parados sin hacer nada cuando sabían todo lo que ese maldito ser humano le estaba haciendo a Amber? ¡Por Dios! ¡Ella era tan delgada y frágil en comparación con ese idiota! ¡¿Cómo es que ninguno de ellos hizo nada por defenderla?!

Durante todo el viaje, no pude apartar mis ojos de ella y me prometí que no permitiría que nadie volviera a lastimarla y más que eso, en cuanto llegáramos a San Francisco le buscaría ayuda; porque una cosa es que pudiera sacarla de la ciudad, pero el daño que ese tipo le había ocasionado tardaría en sanar y debía hablar con un profesional; con alguien capacitado para darle la orientación que necesitaba para recuperarse del daño físico y emocional que había sufrido.

Cuando finalmente llegamos a San Francisco, Amber seguía dormida y honestamente no quería despertarla; ella había pasado por momentos realmente difíciles y se merecía un descanso apropiado, así que con el mayor de los cuidados, la tomé en mis brazos y la saqué del avión; pero cuando salimos, me di cuenta que ya había alguien esperándonos o más bien, dos personas que en cuanto me vieron, casi corrieron a mi encuentro.

-        Nathan – dijo Asher observándome con preocupación

-        Estoy bien, tranquilo – respondí en voz baja

-        ¿Ella está bien? – preguntó Katherine que nos observaba a ambos con preocupación

-        Ha sido un día difícil, pero estará bien – dije mientras observaba a Amber en mis brazos

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