CAPÍTULO 21

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AMBER

"No existe mayor infierno que ser prisionero del miedo" - Benjamin Jonson

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Estaba perturbada y demasiado asustada, aunque tampoco era capaz de expresar con palabras lo que estaba sintiendo; las amenazas no se habían detenido y ya llevaba tres días bajo el acoso indiscriminado de Troy; pero, todavía no podía contarle a Nathan lo que estaba sucediendo; por un lado, el miedo a que él fuera a enfrentar a Troy era una de las mayores razones por las cuales me negaba a contarle la verdad y por otro lado, me sentía impotente; no quería esconderme detrás de Nathan ni tener que recurrir a alguien más para hacerle frente a Troy, quería ser capaz de defenderme a mi misma, aunque fuera solo una vez.

¿Alguna vez sería capaz de defenderme de él? ¿Alguna vez podría alzar la voz en lugar de temblar de miedo? Si no comenzaba a ponerle un freno desde ahora, si no intentaba hacerle frente, aunque fuera una vez, entonces, ¿Qué futuro me esperaba?

Llevaba dos noches sufriendo por las pesadillas y los recuerdos que no me dejaban en paz; no podía sacar sus amenazas de mi cabeza, no podía dejar de pensar en todas las cosas que me hizo durante cada año que pasé a su lado y despertaba gritando en medio de la noche completamente aterrorizada.

Las pesadillas eran insoportables y en gran parte, se debía a que no venían de mi imaginación, sino, solo de mis recuerdos; la realidad era más dura que cualquier otra cosa y era muy difícil hacerle frente a un monstruo que no se escondía en la oscuridad, sino que te sonreía a plena luz del día.

- Si sigues suspirando así, comenzaré a preocuparme – la voz de Nathan me hizo sonreír y me giré para mirarlo

- Estaba pensando... - murmuré mientras se acercaba

- Estos días has estado muy pensativa, estrella

Nathan tenía razón; estos días habían sido considerablemente difíciles para mí y me había perdido en mis pensamientos más veces de las que podía recordar; él notaba que algo estaba mal conmigo, eso era obvio, pero, aun así, me costaba decirle lo que estaba sucediendo y no es porque no confiara en él, porque, por supuesto que lo hacía, pero todavía tenía miedo de qué sucedería si hablaba.

Una parte de mi creyó que, si contaba la verdad de mi relación con Troy, dejaría de tener miedo o tal vez dejaría de preocuparme por lo que podría ocurrir o las consecuencias que tendría que afrontar, pero al parecer ese miedo estaba muy arraigado dentro de mí y justo ahora eso agregaba otra preocupación más a la ya muy larga lista de preocupaciones en mi cabeza.

- ¿Por qué te llamaron los chicos? – pregunté cambiando de tema y él se tensó

- Bueno...

- Nathan, ¿Qué ocurre? – cuestioné al notar lo tenso que se encontraba

- Tendremos un juego de exhibición aquí, mañana – respondió sin mirarme – Asher intentó frenarlo y el entrenador se opuso, pero la junta directiva fue firme, no tenemos otra opción

- ¿Un juego de exhibición? – pregunté confundida

- Sí; un juego entre los San Francisco Raiders y los Miami Panthers; al parecer es una estrategia de marketing; intentan salvar la reputación del equipo y controlar a los fanáticos; parece que al final la suma que ofrecieron consiguió que la junta directiva aceptara el partido y cómo somos los actuales campeones, pues...

- Tranquilo, Nathan; no tienes que explicarme nada

- Si tengo, estrella; en verdad no quiero jugar contra ellos, no deberíamos jugar contra ellos; deberíamos dejar que se hundan hasta desaparecer – dijo con rabia y simplemente me acerqué para tomar su mano

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