Sin lugar a dudas, Louis estaba cabreado, y pasó el resto del día distraído por ello. Cuanto más distraído estaba con las pequeñas interacciones personales entre Harry y él, más se enfadaba. Tenían un asesino que encontrar y Louis tenía la muerte de un hermano que vengar, no necesitaba ser absorbido en esta pequeña aventura que habían puesto en marcha. Y ni siquiera podía gritarle a Harry para liberar la frustración. No parecía justo después de lo que había pasado entre ellos. No estaba acostumbrado a estar enojado sin una salida, y le estaba agobiando.
Por fin habían regresado al Plaza Federal y entregado sus informes de lo sucedido con el ordenador explosivo. Les habían interrogado sobre los moretones que ambos hombres mostraban y sobre por qué habían abandonado la escena cuando sabían que tendrían que ser interrogados. Louis se había visto obligado a llamar a Dick Burns con el fin de quitarse de encima a los investigadores descontentos y se les dijo que se largaran.
El resto del día lo habían pasado en el hotel, peinando los archivos y notas en búsqueda de un hilo.
Empezaba a llover una vez más y las gotas golpeaban la ventana del hotel perezosamente cuando Louis dejó los papeles y apoyó los codos sobre la mesa. Se frotó la cara con las manos y gimió lastimeramente.
—¿Comimos el almuerzo? —preguntó malhumorado.
—No —respondió Harry distraídamente Por fin había logrado hundirse en los informes de la autopsia un par de horas, y ese tema era más que suficiente para anular cualquier impulso físico: sexo, hambre u otra manera.
—¿Podemos comer ahora? —preguntó Louis con sarcasmo.
Harry tiró el bolígrafo con un suave suspiro.
—Claro.
Louis se echó hacia atrás en su silla, observando atentamente a Harry como si fuera un león en el zoológico. Estaba irritado con él, por más razones que el hecho de que le hubiera hecho salir de su sitio inicial. Sobre todo, Louis estaba irritado porque ahora cuando Harry hacía algo, él se preguntaba por qué.
Dejando a un lado las carpetas de los expedientes antes de apartarse de la mesa, Harry se estiró una vez que estuvo de pie, con los brazos por encima de su cabeza y los ojos cerrados mientras giraba el cuello. Había estado tenso durante toda la mañana, y estar sentado encorvado sobre los expedientes toda la tarde no había ayudado.
_¿Quieres terminar por hoy? —preguntó Louis neutral.
Harry arqueó la espalda y sonaron varias vértebras. Se relajó con alivio antes de abrir los ojos.
—Estaré bien después de un descanso. Toda esta mierda está nadando a mí alrededor ahora mismo —murmuró con un gesto de la mano a la cabeza.
Louis se limitó a asentir, mirando con impaciencia a Harry. Harry le devolvió la mirada impasible.
—Entonces. ¿Servicio de habitaciones? ¿Salimos? —La idea de un cigarrillo era tranquilizadora, ya que no parecía que fuera a follar pronto. El hecho de que Louis estuviera cabreado era bastante fácil de descifrar.
Louis apretó los labios con fuerza y ladeó la cabeza hacia un lado, pensativo.
—Salir podría ser arriesgado —observó en tono plano—. Todavía no he localizado a nuestra cola, pero eso no significa que no la tengamos.
Harry asintió distraídamente y se acercó a la cómoda donde había tirado el libro del hotel con el menú. Había pensado que Louis querría salir y pasear un rato, viendo lo inquieto que era el hombre. Pero ayer había aprendido que no había manera de saber qué haría Louis. Tratar de anticiparse a él era un esfuerzo inútil, que a menudo le producía dolor de cabeza. Hojeó el libro dónde había caído sobre el mueble. Los ojos de Louis permanecieron fijos en él mientras se movía. Parecía estar esperando algo. El silencio se estiró mientras Harry hacía todo lo posible por ignorarlo.
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Retirada (Larry Stylinson)
Gizem / GerilimUna serie de asesinatos en la ciudad de Nueva York ha bloqueado tanto a la policía como al FBI, y ambos sospechan que el culpable es un solo asesino que manda un indescifrable mensaje. Pero cuando los dos agentes federales a cargo de la investigació...