Capítulo 8

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—Gripe aviar —repitió Louis con incredulidad cuando la forense les dio el informe de la autopsia. Llevaba una máscara blanca sobre la cara, negándose a enganchar las pequeñas bandas elásticas en las orejas—. ¿Qué diablos?

La mujer asintió con la cabeza y se encogió de hombros mientras entregaba el archivo al agente especial Ross.

—"Qué diablos" no es mi trabajo —respondió ella con una pequeña sonrisa que se asomó a sus ojos. La máscara blanca que llevaba sobre la nariz y la cara cubrió el resto de la expresión.

—¿No es la gripe aviar bastante rara? —preguntó Louis con voz perpleja—. ¿Cómo la ha obtenido?

—Bueno, se ha informado de más de 200 casos confirmados de infección humana por el virus de la gripe aviar tipo A desde 2004 —respondió, aunque a Louis le sonó como si estuviera recitando hechos que acababa de revisar.

Ella se apartó el pelo por encima del hombro y frunció el ceño.

—El virus no sobrevive fácilmente en la transmisión humano a humano, pero puede mutar para ser altamente contagioso. Sin embargo —continuó ella con un movimiento de su cabeza—, la fuente más probable hubiera sido por manipular aves muertas que estaban infectadas. Y, que yo sepa, no se ha informado de ningún caso en el área de los tres estados en los últimos tres años.

—Entonces... —pinchó Louis mientras se inclinaba expectante.

—A menos que viajara a Oriente Medio y al este de Asia, agente especial Tomlinson, no creo que hubiera sido capaz de contraerla por medios naturales.

—Se infectó intencionadamente —concluyó Ross con el ceño fruncido.

—¿Cómo? —exigió Harry antes de que la forense pudiera responder.

—Prefiero esperar a los informes preliminares antes de especular demasiado —respondió ella con vacilación—. Pero la manera más fácil de hacerlo, y la más segura para la persona, hubiera sido con una inyección.

—¿Cuánto tiempo haría falta para que una inyección así infectara a alguien? — preguntó la agente especial Sears, levantando la vista de sus notas. Sears y Ross se acercaron a la mesa de examen. Ross se limitó a sostener la máscara sobre su cara como hacía Louis y bajar la mirada al cuerpo con disgusto. Entregó el archivo a Harry distraídamente, sin levantar la vista.

—El período de incubación sería casi el mismo que si se hubiera infectado de formas más típicas —respondió la forense—. Les puedo decir que la gripe aviar no tiene por qué ser mortal. En la mayoría de los casos, de hecho, si se trata a tiempo, hay una recuperación total. Eso es más o menos todo lo que sé.

—Entonces lo que está diciendo es que ¿o bien no sabía que estaba enfermo, o no le importaba estar enfermo, o no era capaz de conseguir un médico? —preguntó Louis con el ceño fruncido.

—Más o menos —asintió la mujer.

—¿Durante dos semanas? —preguntó Harry—. ¿Había signos de ataduras o lucha?

—Nada —respondió ella sacudiendo la cabeza—. ¿Algo más? —preguntó mientras Harry abría la carpeta y empezaba a leer—. Tengo más en la morgue.

Harry cerró la carpeta y se volvió hacia ella.

—Gracias, Karen. Espero no verte más mientras estemos respirando —dijo.

Ella le lanzó una risita.

Louis puso los ojos en blanco y miró hacia otro lado. Ella les estrechó las manos y volvió a su trabajo. Harry se volvió para mirar a Louis.

Retirada (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora