Capítulo 27

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Harry entró en la habitación y dejó caer la bolsa de aperitivos y bebidas que acababa de comprar en el supermercado calle abajo. No había podido dormir, y se alegraba de que algunos lugares estuvieran abiertos a las cuatro de la mañana. Tiró la chaqueta a un lado y se dirigió a la mesa para descargar su equipo. Miró a Louis, que estaba acurrucado en su lado en la cama, aparentemente dormido. Mientras Harry le observaba a la luz de la calle que se filtraba por la ventana, Louis gruñó en su sueño y rodó, enredándose en las sábanas mientras lo hacía.

Sonriendo ligeramente, Harry se detuvo para mirarle. Louis nunca parecía dormir tranquilo, excepto cuando Harry estaba en la cama abrazándole. Se preguntó qué soñaba. Por lo general, Louis se despertaba tan pronto como Harry se movía. El hecho de que todavía estuviera dormido significaba que o bien ya se había despertado y notado que no era necesario, o estaba muy cansado, o estaba enfermo. Pensativo, Harry tomó el arma y la cartera, poniéndolas cuidadosamente a un lado.

Louis murmuró en su sueño y movió la cabeza espasmódicamente. Frunciendo el ceño, Harry se acercó y se puso en cuclillas al lado de la cama, mirando el rostro de Louis mientras se retorcía ligeramente. Harry quería despertarlo sólo para interrumpir las pesadillas, pero no iba a alargar la mano y tocarle hasta que el otro hombre supiera que él estaba allí, por si acaso. Louis tenía arraigado todo tipo de entrenamiento militar que su cuerpo seguía instintivamente y a Harry no le gustaría sufrir el ataque de un marine Recon con flashbacks.

—Louis —murmuró, lo que provocó que el otro hombre se despertara un poco mientras él se escudaba al lado de la cama.

—Hmm —respondió Louis mientras tiraba su cabeza hacia atrás y rodaba hacia Harry.

—Te estás moviendo mucho, no puedes estar descansando —dijo Harry en voz baja.

Louis abrió los ojos y miró a Harry sin parecer reconocerle. Se quedó mirándole fijamente un momento y luego volvió a cerrarlos. Suspiró y se movió un poco en la cama, luego abrió los ojos de nuevo. Estaban despejados cuando se encontró con los ojos de Harry.

—Cállate —murmuró soñoliento.

Harry rio entre dientes.

—Estarás más irritado que cuando te metiste en la cama.

—No estoy irritado —insistió Louis soñoliento mientras cerraba los ojos y se ponía boca arriba. Se estiró con gusto, bostezando y curvando los dedos de los pies con satisfacción—. Estaba soñando —murmuró.

—Aja —estuvo de acuerdo Harry, moviéndose para sentarse en el borde de la cama y pasar la mano ligeramente sobre los abdominales de Louis—. ¿Soñando con qué?

—El desierto —respondió Louis en un murmullo. Se movió de nuevo, arqueándose hacia la mano de Harry como un perro queriendo que le froten el vientre.

Harry empezó a frotarle con gusto, observando los movimientos de Louis.

—Desierto, ¿eh?

Louis respiró hondo y luego suspiró, abrió los ojos de nuevo para mirar al techo.

—Hace que me pique el dedo del gatillo.

—La arena causa comezón —dijo Harry alegremente—. Una de las razones por las que elegí Miami en vez de Nuevo México.

Louis volvió un poco la cabeza y miró a Harry confuso.

Harry arqueó una ceja.

—¿Qué?

—¿Qué? —preguntó Louis con una voz perdida.

Harry sacudió la cabeza.

—Definitivamente no estás despierto. Una de las razones por las que rechacé la misión de Nuevo México es porque no me gusta comer arena. Y no me gustan las serpientes de cascabel.

Retirada (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora