York Sidney.
Miro al alcalde sin tanto interés. Él está sentado en su silla mirándome atentamente, pero lo noto nervioso, no deja de presionar sus manos entrelazadas sobre el escritorio.
—Entonces, sabes que hay un tráfico de drogas en la ciudad que cada vez se hace más grande y no has hecho nada para detenerlo — elevo ambas cejas a su dirección.
—Estamos trabajando en eso, York — carraspea un momento —, además, esa es información privada, ¿cómo la sabes?
Me relamo los labios y me acomodo en el asiento.
—Los mismo que están traficando la droga, quieren venganza hacia mí y mis amigos por haber encarcelado a Javier hace casi dos años atrás — respondo —, hay muchas cosas que siguen enterradas, pero ya hemos desenterrado muchas y yo no te veo trabajando.
Lo repaso de la cabeza hasta sus manos en el escritorio.
—Tienes la protección de la policía y el ayuntamiento ante ataques, York, lo sabes —
—No es eso lo que me interesa — mi tono se vuelve más serio, más fuerte —, necesito saber si la muerte de Javier, fue un accidente, algo por odio, o algo planeado para inculparme. Necesito que lo averigües directamente de los reos.
Parece hastiado por mis palabras.
—Eso me llevara tiempo y mis hombres —
—Tiempo es lo que no hay, de un día para otro puede haber un golpe hacia mí y mi familia —me inclino un poco hacia su escritorio —, tienes hombres de sobra, es más, Brandom Feuerstein, está más que dispuesto a ayudarte — sonrío.
—Entiendo lo que dices, York, pero también está el asunto de la droga.
—Si encuentras la información sobre Javier, encontramos más sobre la droga, matamos dos pájaros de un tiro.
Me encojo de hombros. Me levanto del asiento y me acomodo mi saco beige largo que combina perfectamente con mi ropa de hoy que es estilo empresaria billonaria.
—Si dañan a mi familia mañana, Mark, tú también saldrás dañado, más que yo — hago una mueca falsa de lastima —, no olvides que fuiste tú quien metió a Javier con cadena perpetua a prisión, cuando su cargo era bajo.
Le demuestro mi lastima y luego me doy media vuelta.
—En estos días te informaremos sobre la situación, York.
Su voz suena más gruesa. Esbozo una sonrisa parando de caminar.
—Mantén a mi hijo a salvo.
Miro por el hombro hacia su dirección.
—Para eso, necesito que averigües y hagas lo que quiero.
Salgo de su oficina y camino para salir del ayuntamiento, me despido cordialmente de las personas que me reconocen y saludan. Llego al estacionamiento y veo una melena castaña y unos ojos encendidos de furia a mi dirección.
—York.
—Elena.
La reviso de pies a cabeza y luego miro a su alrededor para saber si está sola o hay alguien más. Pero está sola.
—¿Qué tal tus días de libertad? — pregunta enarcando una ceja.
—Como desde que nací, perfectos — sonrío levemente.
—Vienen por ti, perfecta — me da su peor cara de muerte y trago saliva levemente —, pagaras por lo que hiciste, no te bastó con meterlo a prisión, también lo mandaste a matar — da un paso a mi dirección y la miro jodidamente sin entender.
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Skyscraper. [#2]
Teen FictionOdio la forma en la que te extraño y quisieras que ya no dolieras. Los blues se apagaron, pareciera que hubieran desaparecido, pero no, siguen allí, pero falta una persona para que vuelvan a encenderse. Dos almas que arden en el fuego, que sanaron...