Capítulo 17.

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York Sidney.

Mi instinto de rodar en la cama se activa al levantarme, sin embargo, hay algo que me lo impide. Unos brazos fuertes, tatuados, alrededor de mi cintura, unas piernas enrolladas con las mías, abrazándome como si temiera que fuera a escaparme. Me sostiene con tanta fuerza a pesar que está dormido.

Ladeo la cabeza para verle la cara, mechones de su cabello caen en su frente, respira tranquilamente, se mira como un ángel.

La sabana negra está enrollada en nuestra cintura, tiene el torso desnudo y puedo sentir que solo trae un bóxer.

Lo observo, trazo sus labios, sus ojos cerrados, su nariz, con la mirada, trazo el tatuaje de la cruz debajo de su ojo derecho y las estrellas en el otro ojo, como la tinta se va desgastando, pero su piel blanca le da ese color encendido.

El lip ring negro en sus labios gruesos.

Elevo mi mano derecha para moverle unos mechones de la cara. Me relamo el labio mientras toco su cabello. Toco su cara, sus labios, sus cejas, su mandíbula y él sigue dormido, como siempre, era raro que se levantará, me costaba mucho levantarlo de hecho. Eso porque siempre dormía tarde, le costaba dormir la mayoría del tiempo.

Una alarma suena en mi cabeza recordándome que tengo clases. No necesito de una alarma en mi celular para levantarme a las seis de la mañana, mi cuerpo ya está en automático.

—Mm — se remueve sin soltarme.

Esbozo una sonrisa abierta.

—Es hora de despertar — susurro.

—No — niega.

—La construcción inicia hoy y tienes que ir a verla — le recuerdo.

Sigo pasando mis manos sobre las hebreas de su cabello.

—Cinco minutos — pide entre el sueño.

—Después de esos cinco minutos, pedirás otros cinco minutos — suelto una leve risa.

Deja salir un suspiro pesado y de un golpe me mueve, paso a estar sentada ahorcajas encima de él, mi cabello debe de ser un desastre ahora. Mis manos descansan en su pecho. Sus ojos se abren lentamente y miran directamente los míos.

—Está es una hermosa imagen para despertar — murmura.

Mis mejillas se calientan. Sus manos van a mi cabello acariciándolo y desenredándolo.

—Tengo clases — recuerdo.

Ahora le estoy recordando muchas cosas.

—¿Por qué eres tan guapa, York? — eleva ambas cejas. Rodo los ojos y palmeo su pecho levemente.

—Elijah.

—Mm, me gusta mi nombre en tu boca.

Se mueve debajo de mí y mis ojos se abren de golpe al sentir su erección matutina, sus ojos brillan y esboza una sonrisa deslumbrante.

—Basta, tengo que ir a la universidad — me bajo de él y toco el frío suelo.

—Puedes faltar un día — eleva su mano a mi dirección para acercarme, pero me alejo más en dirección al baño.

—No.

Lo escucho gruñir y luego se levanta quitándose la sabana de encima, y quedando sentado en la orilla de la cama. Su cabello desordenado, su erección matutina deslumbrando y sobresaliendo. Trago saliva con fuerza y no puedo dejar de mirarla.

No es hasta que bajo más mis ojos y mi boca se abre con sorpresa.

—¿Te has tatuado los muslos? — pregunto anonada.

Skyscraper. [#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora