York Sidney.
Dicen que cuando la persona que amas se va de tu lado, algo cambia dentro de ti, el amor ciega y cambia, el amor es tan fuerte que a pesar de haber terminado siempre te cambiará de cualquier forma, sin importar que, tu vida se vuelve diferente si sabes que a quien amabas ya no iba a estar más contigo.
Pero recapitulando y cambiando un par de cosas a eso, concluyo con: el amor es una mierda, va y viene de muchas personas, puedes conseguirlo en cualquier lado, pero al final no vale nada y he aquí mi lema: si viviera de amor, estaría muerta.
No recuerdo haber escuchado un te amo sincero en mucho tiempo, no lo espero y ahora no lo quiero. Sentir nubla el juicio, he tenido que mantenerme recta para no caer en el circulo vicioso que solía tener antes... lamentablemente, he vuelto a crear otro.
—Tiempo perfecto, felicidades, York.
Elevo la cabeza hacia Marcus y ladeo media sonrisa.
—Me he vuelto mejor.
—Más rápida que el diablo.
Y su mención de esa manera me hace sonreír, no de emoción, sonrisa sínica, con ego alto porque puedo decir: he superado al diablo y de todas las formas aprendí a vivir con las consecuencias.
Bajo del auto de prácticas de las carreras, camino de vuelta hacia el taller. Marcus deja el cronometro aun lado y camina a un auto, se le mira más grande, más mayor, tiene una barba que le hace ver bien y más "adulto", aunque esté un poco manchado de grasa y polvo.
—Llevaré el auto para la carrera de la noche — habla.
—Bien, estaré esperando — elevo la mano en modo de despedida — nos vemos.
—Con cuidado.
Subo a mi auto y manejo hasta la empresa, tengo un par de cosas que arreglar antes de volver a casa. El camino es rápido, pero por el tráfico lo hace lento. Dejo el auto en el subterráneo y luego subo por el elevador hasta mi piso, donde mi oficina se encuentra.
—Señorita, Sidney.
Adriana, mi secretaria, se acerca a mí casi corriendo y con el iPad en mano.
—Tiene una reunión en veinte minutos — avisa.
Entro a la oficina y no le respondo hasta que caigo sentada en mi silla. La veo, no es que me caiga mal, pero tampoco me cae bien, bueno, me agrada, me soporta y ha estado conmigo por un año, ya. Pero tener cerca a las personas se ha vuelto incomodo, una parte de mí no las soporta, y mi humor no arregla nada tampoco.
Voy a contestarle cuando mi celular suena, una llamada de Caroline. Le hago un gesto con la mano para que me espere mientras contesto la llamada.
—Aló.
—¿Ya vendrás?
—¿A dónde?
—A tu casa, Yorksita.
Escucho su voz emocionada y mi ceño se frunce un poco.
—Estoy en la empresa, tengo una reunión y —
—Vente ya, necesito algo urgente que decirte — me corta rápidamente.
—Caro, ¿puede ser después? — suelto un suspiro cansado.
—No, ven a tu casa, ahora mismo, York Midlen Sidney.
Hago una mueca ante la mención completa de mi nombre.
—No digas mi primer apellido, que horror.
—Apúrate.
Y sin más me cuelga.

ESTÁS LEYENDO
Skyscraper. [#2]
Fiksi RemajaOdio la forma en la que te extraño y quisieras que ya no dolieras. Los blues se apagaron, pareciera que hubieran desaparecido, pero no, siguen allí, pero falta una persona para que vuelvan a encenderse. Dos almas que arden en el fuego, que sanaron...