Math Boy｜Shim Jake

0.10

El entrenamiento de básquet finalizó, y Sunghoon se dejó caer en las gradas, buscando su botella de agua. Estaba empapado en sudor, con la camiseta pegada a la piel, y lo único que deseaba era una ducha fría.

─Eso era mío─ señaló Sunghoon, mirando cómo Jake bebía despreocupadamente de su botella.

─Te compro dos─ respondió Jake, encogiéndose de hombros.

El grupo de amigos comenzó a reunirse en las gradas. Desde que había entrado al equipo en su primer semestre, se había ganado un lugar entre ellos, y con el tiempo, esos chicos se convirtieron en sus mejores amigos. Agradecía tenerlos en su vida.

─ Últimamente andas muy perdido, Jake─ comentó Heeseung rompiendo el silencio.

─Ayer lo vi salir tarde de la biblioteca─ agregó Sunghoon con una sonrisa─ y no con cualquier chica.

Jake soltó una carcajada.

─Son unos chismosos.

─ Solo estamos esperando que nos la presentes─ continuó Heeseung burlón─ serías el primero del grupo en tener novia.

─Nunca dije que la estoy cortejando, ¿o sí?─ respondió Jake, arqueando una ceja.

─Qué bueno que lo aclares─ bromeó Sunghoon─ porque así yo puedo acercarme.

Jake tomó su toalla y la lanzó con fuerza en dirección a Sunghoon.

─Me voy, estoy hecho un asco─ anunció poniéndose de pie y recogiendo sus cosas─ no me extrañen demasiado.

Con sus dos mochilas colgando de los hombros, Jake salió del gimnasio. El cansancio le pesaba en el cuerpo, pero caminar por la escuela siempre resultaba entretenido, especialmente cuando se encontraba con Evelina. Ella parecía estar destinada a protagonizar situaciones que lo hacían reír, o al menos, a sacarlo de su rutina.

Le gustaba pasar tiempo con ella, aunque su relación estuviera más cerca de ser la de dos eternos rivales.

─¡Jake!

Una voz lo detuvo en seco. Al voltear, vio que una chica del club de ajedrez se acercaba apresuradamente.

─Hola─ saludó él sonriendo por costumbre.

─¿Cómo estás?─ preguntó ella, notando el estado en el que estaba─ veo que vienes de entrenar.

Jake asintió.

─ Qué suerte que tenga esto a la mano─ dijo la chica, sacando un parche refrescante de su mochila.

─No tenías por qué molestarte─ comentó él, tomando el parche─ gracias, le daré buen uso.

Tras despedirse con un gesto rápido, Jake continuó su camino. Apenas perdió de vista a la chica, giró hacia donde estaba Evelina. Ella estaba sentada en una banca, completamente absorta en la lectura de un libro. Pero su tranquilidad no duró mucho.

─ ¿No deberías estar en tu casa ya?─ preguntó mientras le dio vuelta a la página sin mirarlo.

─¿Y por qué supones que debería estar en mi casa?─ Jake dejó sus mochilas sobre la banca con descaro─ vengo de entrenar─ dijo con una sonrisa burlona.

─ ¿Y quieres que te seque el sudor?

─No me molestaría, ¿eh? Es una gran idea.

Evelina negó con la cabeza, cerrando su libro con un suspiro antes de mirarlo directamente.

─¿Tienes algún tipo de obsesión conmigo?

Jake soltó una risa ligera.

─¿El calor te pone de mal humor?─ respondió, ignorando la pregunta─ tienes suerte, porque justo tengo algo para eso.

Rebuscó en su mochila y sacó el parche refrescante que le había dado la chica del club de ajedrez.

─Qué práctico─ comentó alzando una ceja.

─Pronto estaré en mi casa, disfrutando del aire acondicionado, mientras tú sigues aquí sufriendo con este calor. Déjame ayudarte.

Evelina no dijo nada y dejó que él hiciera lo que quisiera. Jake abrió el paquete con cuidado, sacando el parche blanco. Sin pensarlo mucho, apartó con suavidad los mechones que caían sobre su frente y colocó el parche en su lugar.

─¿Y ahora? ¿No sientes tanto calor?

Por un instante, Evelina no pudo reaccionar. La cercanía había sido inesperada, y aunque duró apenas unos segundos, fue suficiente para que sintiera un leve nerviosismo. Para disimular, asintió en silencio y volvió a abrir su libro, fingiendo concentrarse de nuevo en la lectura.

Jake sonrió con satisfacción antes de tomar asiento junto a ella, como si no hubiera pasado nada.