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Los días pasaban y por lo tanto las vacaciones terminaron, comenzaba un nuevo semestre e iba de mal en peor pero mínimo ya no habría más calculo en su vida, eso era algo bueno.

La primera semana de clases pasó por lo cual las tareas comenzaban a acumularse, tenía proyectos finales que comenzar y los exámenes valían más de calificación.

Qué bonita es la universidad.

─ ¿Te falta mucho?

Miró que su novio escribía y escribía en la pizarra de la biblioteca, una nueva materia se había introducido y por lo tanto estaba repasando su clase.

─ No mucho, cielo ─ Jake era un cursi.

No entendía nada de lo que Shim estuviera escribiendo, pero se veía guapo haciéndolo.

Cabe recalcar que cada vez le faltaba poco para graduarse, ¿qué sería de Jake ahora? estaba asegurado que tendría un buen futuro y sabría cómo llevar sus nuevas responsabilidades pero ahora él pronto dejaría de ser universitario y ella se quedaría.

Qué difícil es crecer, quisiera volver al día en que sus padres apenas se iban conociendo.

─ Creo que ya ─ lo escuchó decir.

Miró el pizarrón que habían dibujitos y fórmulas, no comprendía nada de lo que veía.

─ ¿Y eso es fácil? ─ refiriéndose a lo del pizarrón.

─ A veces, pero el semestre va comenzando por lo cual va tranquilo. ¿Nos vamos?

Mientras Jake borraba el pizarrón ella ayudaba a rejuntar sus cosas. Ambos salieron de la biblioteca en dirección a la salida de la escuela, por suerte ya se habían acabado las clases de ambos.

─ ¿A dónde planeas llevarme? ─ habló cuando Jake subió.

─ ¿Quieres conocer a Layla?

Entonces... ¿Iría a la casa de Jake?, ¿qué hay de sus padres?, la mataban los nervios de solo conocerlos, Jake nunca ha mencionado algo respecto pero ahora mismo lo está llevando a su casa. El ambiente de las calles comenzó a cambiar viéndose más lujoso, eran casas más grandes y bonitas a comparación de dónde ella vivía.

─ Es bonita tu casa ─ por dentro era más grande.

Unos pasos se escucharon bajar de las escaleras, la mascota del chico corrió hacia su dueño lanzándose con felicidad.

─ Layla, mira ella es Evelina ─ tomó con cuidado su patita para señalarla ─ muy linda ¿no?

El perro soltó a Jake y se acercó a la chica para olfatearla, Evelina se sintió nerviosa por un momento pero luego Layla la dejó tranquila.

─ ¿Entonces? ─ miró a Jake divertido.

─ Te aprueba.

Jake fue por agua mientras ella se sentaba en el sofá, no había rastro de que hubiera alguien más y eso la tranquilizaba.

─ Eres muy bonita ─ acarició a la perrita de su novio, tenía un suave pelaje y parecían agradarle sus caricias.

El chico llegó poniendo el vaso de agua sobre la mesa del centro y se sentó enseguida de su novia tomándola de la mano, acercó su rostro al de ella y plantó un beso en sus labios que pareciera querer durar unos minutos más, pero la falta de aire se hizo presente.

─ Sabías que Max Planck propuso que la energía no se emite o absorbe de manera continua, sino en pequeños paquetes discretos llamados "cuantos". Esta idea fue fundamental para explicar la radiación del cuerpo negro ─ dijo Jake mientras depositaba un casto beso.

Math Boy|Shim Jake Donde viven las historias. Descúbrelo ahora