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─ Entonces... ¿le agradé a tus padres?

La cena fue un éxito y sus padres armaron a Jake, Evelina asintió ante su pregunta.

─ Gracias por venir Jake.

─ Gracias por invitarme, fue un honor.

Sus padres se habían ido a recostar, aún era temprano por lo cual Jake aún permaneció un momento más en la casa de la chica.

─ Tengo que darte tu regalo.

Evelina se puso de pie del sofá y fue hacia donde estaban los demás regalos, de ahí tomó una bolsa navideña y se lo entregó a Jake esperando a que lo abriera.

─ No era necesario ─ Jake con un brillo en sus ojos empezaba a abrir el regalo.

Miró que dentro de la bolsa había un peluche tejido que era exactamente igual a Layla y eso lo hizo sentir afable, feliz, con muchas emociones.

─ Yo misma lo hice ─ habló la chica.

─ Es muy hermoso, gracias Eve.

La envolvió en sus brazos luego de recibir el obsequio, estar así con ella se sentía cálido y había sido una buena noche, una noche que jamás había sentido.

Desde siempre sus padres se mantenían ocupados en el negocio y se olvidaban que tenían un hijo esperándolos en casa, todo era solitario y triste hasta que un día llegaron con una cachorrita en su cumpleaños número 15 que se convirtió en alguien muy preciado para él.

─ Sabía que adoras mucho a Layla.

─ La amo, así como a ti ─ murmuró.

Luego de mucho tiempo pudo sentir lo cálido de un hogar, aunque fue por un rato, experimentó lo que es cenar en familia y era mucho más especial porque estaba compartiendo el momento con Evelina.

Sus padres le pueden haber estado dandole todos esos lujos pero nunca le dieron amor, que era lo que necesitaba.

─ Andas muy cariñoso.

─ Acostumbrate, tengo mucho cariño que dar.

Math Boy|Shim Jake Donde viven las historias. Descúbrelo ahora