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¿Novio? Todavía le costaba acostumbrarse a esa palabra. Evelina había pasado tanto tiempo soltera que la idea de tener pareja se sentía irreal. Pero ahí estaba Jake, cumpliendo su promesa al día siguiente con un hermoso ramo de flores y un colgante Swarovski que brillaba bajo la luz.

¿Le dio vergüenza? Por supuesto que sí.

Llegar a casa con ese regalo llamó la atención de todos, y no le quedó más remedio que confesar que estaba saliendo con alguien. Sus padres, emocionados, querían conocerlo de inmediato, aunque Evelina prefirió tomarse las cosas con calma. Después de todo, apenas llevaban dos semanas juntos.

Era Nochebuena, y suponía que Jake estaría con su familia, igual que ella. Pero la llamada de esa noche tomó un giro inesperado.

El día ha estado aburrido─dijo Jake al otro lado de la línea, con un deje de cansancio en la voz.

─¿Crees que recibirás muchos regalos?─ preguntó ella mientras jugaba con la lima de uñas.

No le doy importancia. Muero por verte.

─Recién nos vimos ayer ─respondió ella con una sonrisa.

Entonces, la puerta de su habitación se abrió y apareció su madre, quien, al notar que Evelina hablaba con Jake, no perdió la oportunidad de intervenir.

─Invítalo a cenar esta noche ─murmuró inclinándose hacia ella.

─¡Mamá, no!─negó Evelina, frunciendo el ceño.

─Hazlo─ insistió antes de marcharse con una sonrisa cómplice.

Evelina suspiró, resignada. No quería interrumpir los planes de Jake, pero sabía que su madre no dejaría el tema en paz.

─¿Qué harás esta noche?─preguntó finalmente como quien se lanza al vacío.

Dormiré. Bueno, primero veré qué cenaré y luego me iré a la cama. ¿Por qué?

─¿Te gustaría venir a cenar?─soltó Evelina, sintiendo cómo su corazón se aceleraba. Trató de sonar casual─ mis padres quieren conocerte, pero no hay problema si tienes otros planes.

Encantado─respondió Jake.







─Encantado─respondió Jake

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Unas horas más tarde, Evelina estaba en casa, inquieta. No sabía qué esperar de la noche.

─¿Y ese muchachito a qué hora llega?─preguntó su padre mientras ponía la mesa.

─Ya casi─respondió ella, ajustándose el cabello por décima vez.

La casa estaba en un caos controlado. Sus padres estaban determinados a causar una buena impresión, lo que solo aumentaba los nervios de Evelina.

─¿A tu novio le gusta la pasta?─preguntó su madre sacando la lasaña del horno.

─Sí, mamá, Jake come pasta. Tranquila.

Aunque intentaba mantenerse serena, Evelina podía notar que sus padres estaban más nerviosos que ella misma.

Finalmente, el timbre sonó. Evelina saltó del sofá y abrió la puerta.

─Hola, Evelina─Jake sonrió sosteniendo un par de bolsas.

─¿Qué traes? Sabes que no era necesario─ dijo dejándolo entrar.

─No podía venir con las manos vacías─ respondió él quitándose el abrigo.

Ella negó con una sonrisa, dejando las bolsas sobre la mesa y tomándolo del brazo. Apenas entraron al comedor, su madre salió de la cocina, secándose las manos con un trapo.

─Debes ser Jake─ dijo ella, ofreciéndole una cálida sonrisa─ siéntete como en casa.

─Gracias, señora─ respondió Jake con educación.

Durante la cena, Evelina estuvo atenta a cada palabra, temiendo que sus padres dijeran algo fuera de lugar. Pero todo transcurrió con sorprendente normalidad.

─¿Y qué estudias, Jake?─preguntó su madre mirando al chico con curiosidad.

─Ingeniería aeroespacial—respondió él con modestia.

—Eso suena fascinante─ respondió su padre impresionado.

─Jake es muy bueno con los números─ añadió Evelina con orgullo mirando al chico con una sonrisa.

Jake se encogió de hombros, sonrojándose ligeramente.

─Es impresionante─ continuó su madre─ Evelina nomás no da una con las matemáticas.

─¡Mamá!─ protestó Evelina avergonzada, mientras Jake se reía suavemente.

Math Boy|Shim Jake Donde viven las historias. Descúbrelo ahora