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─¿Cómo está Evelina?

─Hola para ti también. Nosotros igual te extrañamos─ respondió Jay con sarcasmo mientras Jake dejaba su mochila en el suelo y saludaba al grupo que lo había ido a recoger a la estación de autobuses.

Jake rió, rascándose la nuca con cierta vergüenza.

─Lo siento, chicos. Es que me fui sin decirle que me iba.

─El amor cambia a las personas ─bromeó Sunghoon dándole una palmada en el hombro.

─Nunca dije que me gustara─ replicó Jake aunque la leve sonrisa en sus labios lo delataba.

Mientras caminaban hacia el auto de Heeseung, recién estrenado, Jay no pudo resistir la tentación de continuar con las bromas.

─La primera etapa es la negación.

Jake los ignoró, aunque en el fondo sabía que tenían razón en algo: irse sin avisarle a Evelina le había dejado un sentimiento extraño, como un pequeño nudo en el pecho. Había salido de la ciudad para participar en una competencia de física, lo que implicó quedarse varios días fuera, pero ni siquiera se había tomado la molestia de avisarle el día que se iría.

"¿Y si está enojada?"

Tan pronto como puso un pie en la escuela, se despidió de sus amigos. Aunque debía pasar primero por la oficina del director para recoger su reconocimiento, había algo que consideraba más urgente.

Evelina.

─¡Evelina!─ gritó al verla.

Ella estaba sentada, como siempre, con un libro entre las manos. Al oír su voz, levantó la mirada. Jake venía hacia ella con esa sonrisa amplia y despreocupada que siempre traía consigo. Evelina quiso sonreírle igual, pero la vergüenza se lo impidió. En su lugar, volvió la vista al libro, tratando de parecer indiferente.

─Qué sorpresa, Jake─ dijo sin mirarlo demasiado. Si seguía viéndolo, sabía que no podría ocultar su alegría. Porque sí, aunque le costara admitirlo, le alegraba volver a verlo.

─Tal y como lo prometí─Jake dejó su mochila sobre la mesa. Del bolsillo sacó una medalla dorada y un certificado.

─Creí que habías muerto, pero felicidades por tu logro─ bromeó Evelina sin apartar los ojos del libro.

─Voy a compartir mi victoria contigo─ respondió colocando la medalla encima del libro.

─No, es tu esfuerzo. No me la quedo─ dijo Evelina intentando devolvérsela.

─Tengo otras treinta en casa─ bromeó Jake, encogiéndose de hombros─ y honestamente, no fue tan difícil ganarla.

─¿Dónde quedó Jake el humilde?─ preguntó Evelina, mirándolo por fin.

Jake tenía esa sonrisa que siempre la descolocaba, y ella no pudo evitar reírse. Fue en ese momento que sus miradas se encontraron, como si el mundo se detuviera solo para ellos. Evelina se dio cuenta y apartó los ojos rápidamente, fingiendo toser para disimular su nerviosismo.

─Mejor cuéntame cómo estuvo tu viaje─ dijoseñalando la mochila extra que él llevaba consigo.

Mientras Jake narraba con entusiasmo su experiencia, Evelina escuchaba con atención, capturando cada palabra. Parecía realmente interesada en lo que decía, y no podía evitar sentirse feliz por las oportunidades que él tenía.

─Es fascinante─ dijo, con una sonrisa sincera─ Jake el inteligente.

Jake rió.

─Si crees que soy un nerd, estás equivocada. Pero tampoco soy un irresponsable.

Y tenía razón. Evelina había asumido muchas cosas sobre él al principio. Pensaba que Jake era el típico chico coqueto que no se preocupaba por la escuela, pero con el tiempo había aprendido que las apariencias engañan. Jake podía dormirse en clase y hacer bromas constantemente, pero cuando se lo proponía, lograba cosas increíbles.

Había aprendido una lección importante: no se deben juzgar los libros por su portada.

Jake era un buen chico.

Math Boy|Shim Jake Donde viven las historias. Descúbrelo ahora