❛❛No soy un nerd si es lo que piensas pero tampoco soy irresponsable❜❜
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› agosto ❪2024❫
SOLO EN WATTPAD
La luz del sol se filtraba por las cortinas. La puerta se abrió de golpe, y su amiga entró saltando sobre la cama, acompañada por Lorenzo, que apareció tras ella con una sonrisa confiada, deteniéndose en el marco de la puerta. Había regresado recientemente de Italia y estaba allí, presente en este día tan especial para su pequeña hermana.
─¡Es tu día, Evelina!─ exclamó con energía.
Evelina, que aún entrecerraba los ojos, finalmente recordó que hoy era el gran día. En cuanto la comprensión llegó a su mente, su corazón comenzó a latir desbocado. Se levantó rápidamente, casi tropezando, y se dirigió al baño, con los nervios a flor de piel. Pronto llegaría la persona encargada de maquillarla para este momento tan importante.
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El vestido de Evelina era un sueño hecho realidad. Jake insistió en que debía lucir más hermosa que nunca en este día, un día que cambiaría sus vidas para siempre.
─La nerviosa debería ser yo, no tú, papá─ Evelina bromeó aunque sentía las mariposas en su estómago.
─Parece que fue ayer cuando te cargué por primera vez en mis brazos...─ su padre, con una mirada nostálgica limpió con un pañuelo una lágrima que traicionó su emoción.
─Per favore, calmati, papà─ Lorenzo, siempre tan tranquilo, puso una mano en el hombro de su padre─ eres una princesa, Evelina─ sonrió, y aunque no lo dijera en voz alta, nunca imaginó que este día llegaría tan rápido.
Evelina no podía admitirlo, pero estaba a punto de desmayarse de los nervios. Se puso detrás de la puerta, tomando con fuerza el ramo de flores, mientras sus ojos se fijaban en su papá y su hermano, buscando apoyo en sus sonrisas cálidas. Finalmente, la hora llegó.
Cuando las puertas se abrieron, las miradas se fijaron en ella. Cada paso que dio hacia el altar la llenaba de nervios, pero al mirar a su alrededor y ver las sonrisas de los invitados, sus ojos se centraron en Jake. Él la esperaba allí, en el altar, con esa mezcla de nervios y alegría en su rostro. Cuando sus miradas se encontraron, el tiempo pareció detenerse.
─Eres una princesa, mi princesa. ─Jake susurró, tomando su mano con ternura y guiándola a su lado.
El padre de Evelina, con una expresión llena de orgullo y emoción, la había llevado hasta el altar. El sacerdote comenzó la ceremonia con voz firme pero calmada.
─Queridos amigos y familiares, hoy nos reunimos para celebrar el amor de Evelina y Jake, un amor que ha crecido y florecido a lo largo del tiempo.
Los invitados sonrieron, y Evelina, sintiendo su presencia y apoyo, respiró hondo. Miró a Jake y, por un momento, se sintió completamente segura.
─Prometo ser tu compañera, tu amiga y tu amor─ Evelina habló con convicción, mirando a Jake a los ojos.
Jake la miró intensamente, sintiendo cada palabra como si le llegara directamente al alma.
─Prometo amarte sin condiciones, en los días buenos y en los malos. Eres mi hogar─ la emoción hizo que su voz temblara ligeramente, pero sus palabras eran claras y sinceras.
─¿Tienen los anillos?─ preguntó el sacerdote.
Ambos asintieron. Evelina deslizó el anillo en el dedo de Jake con manos temblorosas, y él hizo lo mismo.
─Con estos anillos, sellamos nuestras promesas─ el sacerdote sonrió, su voz llena de solemnidad─ ahora, por el poder que me ha sido conferido, los declaro marido y mujer. Pueden besarse.
Jake se inclinó hacia ella con suavidad, y sus labios se encontraron en un beso lleno de dulzura y amor. El beso, simple pero profundo, fue recibido por un estallido de aplausos que resonó en todo el lugar, celebrando el comienzo de una nueva vida juntos.