Maegor Targaryen

Capitulo 29

Helaena se encontraba de nuevo en su habitación después de pasar toda la noche en la habitación de su madre, justo con sus hijos y Dyana. Ahora estaba de vuelta en la habitación donde habían matado a su hijo Jaehaerys. Las sirvientas habían limpiado todo y unos caballeros se habían llevado el cuerpo del joven príncipe para prepararlo para el funeral, estilo Targaryen.

En ese momento, Alicent entra a la habitación y ve a Helaena abrazando una manta que había estado bordado. Se acerca lentamente a Helaena.

—Habrá un funeral para Jaehaerys. Quieren que estés presente mientras llevan el cuerpo de Jaehaerys por las calles de la ciudad —dice mientras observa a Helaena.

—No, no quiero estar allí. Ya fue suficiente —murmura mientras se voltea para mirar a su madre— Fue suficiente presenciar la muerte de mi hijo.

—Es tu deber, como reina, cumplir con lo que te piden —Alicent decide preguntar algo— Helaena, sobre lo que viste anoche en mí.

—Esto es para mi hijo —Helaena interrumpe a Alicent antes de que siga hablando— Lo hice para él.

Alicent sabía que Helaena no iba a mencionar nada de lo que había visto la noche anterior, pero aún así le preocupaba que pudiera hacerlo. Observa cómo Helaena se acerca a los juguetes que eran para sus hijos. Alicent decide retirarse, dejando a Helaena sola con su dolor.

—Maegor, si hubieras estado aquí, no habrías permitido que esto sucediera. Tendría a mi hijo a mi lado. Realmente te extraño, hermano —murmura suavemente— Eres el único que se preocupaba por los niños y por mí, el único que vale la pena.

Helaena toma un dragón de madera y comienza a llorar. No comprendía por qué su hijo había sido asesinado, era solo un niño inocente. Realmente no deseaba nada de eso, pero había ocurrido.

Mientras en la Fortaleza Roja se preparan para trasladar el cuerpo del príncipe Jaehaerys a Pozo Dragón para su incineración como un Targaryen, en la ciudad la gente se va enterando de lo sucedido. Algunos comienzan a maldecir a Rhaenyra, mientras que otros opinan que la culpa recae en el propio "rey" Aegon.

Clarisa caminaba por las calles de Seda y notaba cómo algunos guardias pasaban a su lado sin hacerle caso. Luego, decide entrar a una cantina y se sienta en una mesa vacía, y comienza a escuchar lo que la gente a su alrededor está hablando.

—¿Escucharon lo que ocurrió en la Fortaleza Roja? —dice un hombre que esta con una garra en mano— Se rumorea que alguien entró y mató al heredero del rey.

—Vaya, vaya, vaya. Buena seguridad la que tienen por allí —comenta otro hombre— Parece que es bastante sencillo entrar al castillo y acabar con un príncipe.

—No cualquiera puede atreverse a matar a un niño que no sabe cómo defenderse, especialmente en su propia casa —dice un joven encapuchado— Quienes lo hicieron debieron tener sangre fría para cometer ese acto.

—Es cierto, yo no sería capaz de hacerle daño a un niño, eso está más allá de mis límites —añade mientras agarra su bebida— La verdad es que es algo preocupante lo sucedido.

—Ya nadie está seguro, ni en las calles ni en sus propias casas —murmura mientras se recuesta en su silla— Tú, ¿qué opinas, Ulf?.

—Lo único que sé es que estoy agradecido de no vivir allí. No me gustaría estar en constante alerta todo el tiempo —Ulf mira a sus compañeros de mesa— Eso no es para mí.

—¿No dijiste que eras descendiente de un Targaryen? —pregunta el joven mientras lo observa— O fue solo una mentira.

—Soy descendiente de un Targaryen, mi padre fue Baelon Targaryen. Soy hermano del antiguo rey Viserys y del príncipe Daemon, y tío de la única reina Rhaenyra Targaryen —murmura mientras mira al joven— Nunca me interesó reclamar mi parte.